El presidente Nicolás Maduro anunció su intención de proponer una comisión encargada de reformar la Constitución venezolana aprobada en 1999 durante el gobierno de Hugo Chávez.

Esta iniciativa, presentada como el primer decreto de su nueva gestión, ha generado debate y controversia tanto a nivel nacional como internacional.

Maduro manifestó que esta reforma constitucional será impulsada desde la Asamblea Nacional, con una amplia participación de diversos sectores políticos, sociales, culturales y económicos del país.

Se espera que este proceso incluya un intenso debate y diálogo para definir un modelo de desarrollo venezolano para los próximos 30 años, así como democratizar la vida política y social del país.

La reforma constitucional es un gran tema que me comprometo a impulsar, declaró Maduro durante un encuentro con la junta directiva de la Asamblea Nacional, controlada por el partido oficialista.

La propuesta ha sido recibida con escepticismo por parte de la oposición venezolana, quienes cuestionan la legitimidad del gobierno de Maduro tras las controvertidas elecciones celebradas en julio pasado.

Edmundo González Urrutia, líder opositor, se pronunció sobre el tema afirmando: La reforma constitucional propuesta por Maduro solo busca consolidar su poder y no ofrecer soluciones reales a los problemas que enfrenta Venezuela.

La actual Constitución venezolana, producto de una Asamblea Constituyente convocada por Chávez en 1999, ha sido objeto de críticas debido a la centralización del poder en manos del ejecutivo.

Algunos expertos advierten que la propuesta de reforma podría fortalecer aún más la figura presidencial y limitar las libertades civiles.

Es crucial que este proceso se lleve a cabo de manera transparente y participativa, con el involucramiento de todos los sectores de la sociedad civil, afirma un analista político.

De lo contrario, se corre el riesgo de que la reforma constitucional se convierta en una herramienta para perpetuar el régimen.