A pesar de las precipitaciones que azotaron la ciudad durante la mañana, las familias salteñas no dejaron pasar la oportunidad de celebrar esta festividad tan especial, llenando cada rincón de alegría y magia.

El Teleférico San Bernardo se convirtió en uno de los puntos más atractivos del día, ofreciendo viajes gratuitos para niños menores de 12 años.

Para muchos pequeños, esta fue su primera experiencia ascendiendo a este icónico atractivo turístico, desde donde pudieron disfrutar de una vista panorámica de la ciudad.

En la cima, los Reyes Magos aguardaban para recibirlos con un cálido abrazo, tomarse fotografías y entregarles pequeños obsequios.

Nunca había subido al teleférico, expresó emocionado un niño que no podía ocultar su asombro ante el paisaje desde las alturas.

La tradición de dejar regalos junto a los zapatitos también se mantuvo viva en los hogares salteños.

Miles de niños despertaron temprano con la ilusión de descubrir las sorpresas preparadas por Melchor, Gaspar y Baltasar.

En una entrevista exclusiva con El Tribuno, los Reyes Magos revelaron que el regalo más solicitado por los niños fueron los carpinchos, en distintos formatos: peluches, adornos y accesorios.

En las cartas lo que más se repitió fueron los capibaras, en pulseritas, peluches y mochilas, confirmó uno de los Reyes Magos.

Las plazas y parques de la ciudad se convirtieron en espacios de encuentro familiar, donde juegos, picnics y risas llenaron el aire.

A pesar de las largas filas que se formaron durante todo el día en las inmediaciones del Teleférico, la ansiedad por subir a bordo no disminuyó.

Los niños, junto a sus padres, ansiaban vivir esta experiencia única.

El espíritu solidario también estuvo presente en la jornada.

Diversas organizaciones sociales organizaron eventos para garantizar que ningún niño se quedara sin celebrar el Día de Reyes.

Los Reyes Magos visitaron diversos barrios, llevando consigo un mensaje de alegría, esperanza y magia.

Su presencia llenó de ilusión los corazones de los más pequeños, quienes los esperaban con gran emoción.

A pesar de las adversidades climáticas, Salta demostró una vez más que las tradiciones son capaces de superar cualquier obstáculo, uniendo a la comunidad en un espíritu de alegría y celebración.