La inflación en la eurozona cerró el año 2024 con un repunte inesperado, alcanzando una tasa interanual del 2,4%, según datos provisionales publicados por Eurostat.
Este aumento, que se produjo tras un trimestre de subidas, se atribuye en parte al comportamiento volátil de los precios energéticos durante el año anterior.
A pesar de esta subida generalizada, la inflación subyacente, considerada un indicador clave para el Banco Central Europeo (BCE) ya que excluye la energía y los alimentos por su alta volatilidad, se mantuvo estable en el 2,7% por cuarto mes consecutivo.
Esto refleja una contención relativa en los precios más estructurales de la economía eurozona.
El sector de servicios lideró el aumento con un incremento del 4%, seguido de los alimentos procesados, alcohol y tabaco (2,9%), los alimentos no procesados (1,7%), los bienes industriales no energéticos (0,5%) y la energía, que registró una ligera subida del 0,1%.
La evolución de la inflación durante 2024 estuvo marcada por una tendencia general a la moderación, aunque con notables altibajos.
La tasa interanual se situó en el 2,8% en enero, reduciéndose hasta el 2,4% en abril.Sin embargo, los precios repuntaron en verano, alcanzando el 2,6% en julio, para luego descender hasta su mínimo anual en septiembre (1,7%).
El trimestre final volvió a registrar subidas, culminando diciembre con la tasa actual del 2,4%.
Aunque no se ha alcanzado todavía la victoria contra la inflación, los precios están en camino de converger hacia el objetivo en el mediano plazo.
La política monetaria actual sigue siendo restrictiva, pero esperamos más recortes de tipos si los datos confirman nuestra línea base, afirmó Christine Lagarde, presidenta del BCE, durante una reciente conferencia.
En diciembre, el BCE aplicó un nuevo recorte de los tipos de interés en 25 puntos básicos, situándolos en el 3%, marcando la cuarta reducción en 2024 y la tercera consecutiva.
Esta medida refleja el esfuerzo del organismo por equilibrar el crecimiento económico con el control de precios.
En el contexto europeo, España registró una inflación del 2,8% en diciembre, superando en cuatro décimas la media de la eurozona y equiparándose con Alemania, que también alcanzó el 2,8%.
Francia e Italia registraron tasas más moderadas, del 1,8% y 1,4%, respectivamente.
Entre los países con mayor inflación destacan Croacia (4,5%), Bélgica (4,4%) y Estonia (4,1), seguidos por Países Bajos (3,9) y Letonia (3,4).
Por el contrario, Austria (2,1%), Malta y Eslovenia (2%) y Finlandia (1,7) se posicionaron por debajo del promedio.
Irlanda cerró el año con la inflación más baja del bloque, apenas un 1%.
Estos datos ponen de manifiesto la diversidad de dinámicas económicas dentro de la eurozona, que deberá enfrentar nuevos desafíos en 2025 para consolidar una senda de precios más estable.