Una serie de incendios forestales que azotan actualmente Los Ángeles han generado columnas de humo tan extensas que son visibles incluso desde el espacio.
Imágenes satelitales del Instituto Cooperativo de Investigación sobre la Atmósfera (CIRA) muestran una densa columna de humo extendiéndose desde la ciudad hacia el Océano Pacífico, atravesando las islas San Nicolás, Santa Catalina y San Clemente del Canal de California.
Estos incendios, alimentados por los vientos secos y fuertes conocidos como vientos de Santa Ana, han arrasado con más de 2.900 hectáreas y se propagan a una velocidad alarmante de hasta 160 kilómetros por hora.
Las llamas se acercan peligrosamente a comunidades costeras, generando una situación de extrema preocupación entre los habitantes locales.
Las corrientes de aire y la baja humedad están contribuyendo al comportamiento agresivo del fuego, explica el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) había emitido una advertencia el lunes anticipando un incremento significativo en la intensidad de los vientos y una disminución notable de la humedad relativa en el sur de California, creando condiciones climáticas altamente propicias para la propagación de incendios.
El impacto emocional de esta situación es palpable.Familias se ven obligadas a evacuar sus hogares con poco más que lo esencial, mientras bomberos luchan incansablemente para contener las llamas.
El humo denso ha cubierto la ciudad en una neblina tóxica, afectando la salud respiratoria de los residentes y dificultando aún más las tareas de extinción.
Es aterrador ver cómo el fuego avanza tan rápido, afirma una residente de Los Ángeles que fue evacuada recientemente.
No sabemos qué nos deparará el futuro.
Mientras los esfuerzos por controlar los incendios continúan, la incertidumbre se cierne sobre la región.