La llegada de una nueva especie invasora, la cucaracha langosta (Nauphoeta cinerea), ha alertado a científicos e expertos en control de plagas en Asturias.

Descubierta recientemente en varios puntos del área urbana de Oviedo y Gijón, esta subespecie originaria del norte de África y con presencia también en Estados Unidos, se ha adaptado rápidamente al nuevo entorno, según un equipo investigador del departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo dirigido por el Dr. Jairo Robla.

La investigación, que se desarrolló durante dos años y utilizó trampas adhesivas para capturar ejemplares, reveló la presencia de casi 150 cucarachas langosta en el Campus del Milán y la playa del Arbeyal.

Esta especie presenta una asombrosa capacidad de adaptación a diferentes condiciones climáticas y ambientales, señala Robla.

Su rápida proliferación en Asturias nos plantea serias preocupaciones.
Las causas de su llegada son todavía objeto de investigación, aunque existen dos hipótesis principales: una es que se hayan introducido a bordo de embarcaciones provenientes de sus hábitats nativos, y la otra es que algún coleccionista o entomólogo haya experimentado un descuido con ejemplares que finalmente se han establecido en el entorno urbano.

La llegada de esta nueva especie no solo supone una novedad biológica, sino que también genera inquietud en el sector del control de plagas.

Las cucarachas, incluyendo la langosta, están desarrollando una resistencia cada vez mayor a los insecticidas, afirma un experto del sector privado que prefiere mantener su anonimato.

Esto dificulta aún más el manejo de estos insectos invasores y pone en riesgo la salud pública.
La capacidad de adaptación y proliferación rápida de las cucarachas langosta constituye una amenaza para el ecosistema urbano asturiano.

Se requiere un estudio exhaustivo para comprender sus hábitos y desarrollar estrategias efectivas de control, evitando así su expansión a otras regiones del país.