Un terremoto de magnitud 7,3 ha asolado el archipiélago de Vanuatu, dejando un saldo devastador con al menos 14 fallecidos y más de 200 personas heridas.
El epicentro del sismo se situó a unos 30 kilómetros al oeste de Port Vila, la capital del país oceánico, a una profundidad de 57,1 kilómetros bajo el nivel del mar.
La Oficina de Gestión de Desastres de Vanuatu informó que se espera que el número de víctimas aumente, ya que todavía hay muchas personas desaparecidas.
Port Vila ha sido especialmente golpeada, con varios edificios sufriendo daños estructurales, entre ellos las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido y Nueva Zelanda.
Las telecomunicaciones siguen interrumpidas en gran parte del archipiélago, lo que dificulta la evaluación completa del impacto, señaló un portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El aeropuerto de Port Vila permanece cerrado salvo para el acceso de aeronaves con ayuda humanitaria.
El hospital principal de la ciudad también ha sufrido daños, y se han instalado tiendas de campaña para atender a los pacientes.
Estamos profundamente preocupados por la situación en Vanuatu, declaró un representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hemos enviado un equipo especializado al terreno para brindar asistencia médica al Hospital Vila Central y al Ministerio de Salud.
Tras el terremoto inicial, se registraron varias réplicas, incluyendo una de magnitud 5,5 y otra de 5,4.
El Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico había activado inicialmente una alerta, pero posteriormente la suspendió.
Vanuatu, con una población aproximada de 250.000 habitantes, se encuentra en el Anillo de Fuego del Pacífico, una zona altamente sísmica que registra con frecuencia terremotos y erupciones volcánicas.
Estos eventos son una constante amenaza para los países del Pacífico, explicó un geólogo especializado en la región.
Es fundamental contar con sistemas de alerta temprana robustos y planes de emergencia bien definidos.
El terremoto ha causado un impacto emocional profundo en la población, que se encuentra en estado de shock y desesperación.
La comunidad internacional ha expresado su solidaridad y apoyo a Vanuatu en este momento crítico, ofreciendo ayuda humanitaria y asistencia técnica.