Un nuevo estudio publicado por la Universidad de Oklahoma y la Universidad de Tulsa arroja luz sobre un tratamiento prometedor para niños aquejados por pesadillas crónicas.
La investigación, considerada el primer ensayo clínico aleatorizado que evalúa una terapia específica para este problema en la infancia, ofrece un rayo de esperanza para estos pequeños que sufren terribles experiencias nocturnas.
Los resultados del estudio, publicados en la revista Frontiers in Sleep, demuestran que la terapia, diseñada a partir de una adaptación pediátrica de un método utilizado con adultos, reduce significativamente el número de pesadillas y la angustia asociada, además de aumentar la cantidad de noches plenas de sueño para los niños participantes.
Este avance cobra especial relevancia considerando que una de cada seis criaturas con problemas de salud mental, como el estrés postraumático, experimenta pesadillas crónicas.
Realmente queremos llegar a la raíz del problema, porque cuando los niños sufren pesadillas, tienen miedo de irse a dormir, lo que les hace estar cansados e irritables durante el día, y son propensos a tener problemas de comportamiento, todo lo cual puede afectar su funcionamiento en la escuela y en otras áreas de su vida, explica la psiquiatra infantil Tara Buck, quien dirigió el estudio junto con la doctora Lisa Cromer.
La terapia se compone de cinco sesiones semanales que combinan elementos de la terapia cognitivoconductual con estrategias de relajación, atención plena y visualización para transformar la estructura de los sueños.
El núcleo del modelo es la autoeficacia.Cada unidad les enseña que pueden ser los directores de sus sueños.
Nuestra hipótesis es que ése es el mecanismo eficaz del cambio, detalla Cromer.
En el ensayo participaron 46 jóvenes entre los 6 y los 17 años con pesadillas persistentes durante al menos seis meses, incluso en algunos casos, durante años.
Los resultados demostraron una reducción estadísticamente significativa de las pesadillas en el grupo que recibió la terapia, además de observar una disminución notable en la ideación suicida relacionada con las pesadillas, un factor alarmante que ha sido relacionado con el suicidio en jóvenes a lo largo del tiempo.
El equipo investigador planea realizar nuevos ensayos para evaluar la eficacia de la terapia a largo plazo y adaptarla a diversas etnias y culturas.
Este estudio representa un avance significativo en la atención pediátrica al abordar directamente las pesadillas, un problema que hasta ahora ha sido relegado a un segundo plano.
Podemos hablar de estrategias para abordar la ansiedad de un niño durante un examen clínico, pero sólo ahora estamos empezando a abordar las pesadillas directamente, afirma Cromer.