Descubrimiento desafía estereotipos: Arqueólogos hallan trono que perteneció a una poderosa líder femenina hace más de mil trescientos años.

Un reciente hallazgo arqueológico en Pañamarca, Perú, ha revolucionado la comprensión sobre el poder y la estructura social de la antigua civilización moche.

En un centro religioso y político clave de esta cultura, los investigadores han descubierto una sala del trono que contiene evidencias contundentes de que una mujer poderosa pudo haber gobernado hace más de mil trescientos años.

Este descubrimiento desafía las narrativas tradicionales que asocian el liderazgo a hombres guerreros o reyes, arrojando luz sobre el papel fundamental que jugaban las mujeres en la sociedad moche.

Esta sala del trono nos permite vislumbrar una realidad diferente a la que imaginábamos, afirma la arqueóloga Lisa Trever, de la Universidad de Columbia, quien lideró parte de la investigación.

Este trono, desgastado por el uso, probablemente haya sido ocupado por una mujer, lo que sugiere un liderazgo político significativo.

Los hallazgos no se limitan al trono.Murales encontrados en la misma sala retratan a una mujer sentada en un trono, recibiendo visitantes, lo que refuerza la idea de una figura femenina con poder y autoridad.

Esta figura, identificada previamente como sacerdotisa, ahora abre nuevas interrogantes sobre la naturaleza del poder en esta civilización precolombina.

Este descubrimiento no es aislado.En años recientes, excavaciones en otros sitios arqueológicos moches han revelado otros indicios de mujeres influyentes.

La Señora de Cao, una mujer tatuada encontrada en 2006 junto a armas y herramientas para la guerra, es un ejemplo emblemático de este rol femenino que desafiaba las expectativas sociales.

El hallazgo del trono de esta líder femenina nos invita a replantear nuestra comprensión de la historia, destaca el historiador Juan Pérez, especialista en culturas precolombinas.

Es crucial reconocer que las mujeres desempeñaron roles fundamentales en la sociedad moche, no solo como figuras religiosas o esposas de líderes, sino también como gobernantes y agentes de cambio.