La escena teatral británica se encuentra en constante evolución, fusionando la tradición con las exigencias del público contemporáneo.

Una prueba palpable de esta transformación es la reciente producción de Macbeth en el Harold Pinter Theatre de Londres, protagonizada por David Tennant y Cush Jumbo, actores conocidos por sus papeles en populares series televisivas como Broadchurch, Desde Dentro, The Good Wife y The Good Fight.

La versión dirigida por Max Webster se ha descrito como Macbeth para la época Netflix, un concepto que refleja el dinamismo y la rapidez que caracteriza al consumo audiovisual actual.

La obra, con una duración de menos de dos horas sin intervalo, cuenta con un uso innovador de la tecnología: los espectadores escuchan sonidos de brujas y música celta a través de auriculares, sumergiéndose aún más en la atmósfera macabra del relato shakesperiano.

Las obras de Shakespeare no son para ser leídas, sino interpretadas en escena, afirmó Cush Jumbo en una entrevista con The Guardian, destacando la importancia de la actuación frente al simple texto.

A pesar de que Jumbo confesó haber odiado Macbeth durante su etapa escolar, su interpretación como Lady Macbeth ha sido aclamada por la crítica y el público, al igual que la de Tennant como Macbeth.

La producción también se ha caracterizado por su intensidad y realismo. Incluso se tuvieron que suspender las funciones en dos ocasiones debido a incidentes inesperados: una vez por un actor sin voz y otra por un altercado entre los espectadores.

Este último incidente, según The Times, refleja la preocupación creciente por el deterioro de los estándares de comportamiento en los teatros británicos después de la pandemia del COVID-19.

Se han reportado otros incidentes similares, como espectadores cantando durante las actuaciones o grabando con sus teléfonos móviles, generando molestias para los demás asistentes y los propios artistas.

En contraste, la obra The Little Mermaid La Sirenita, de The Madrid Players en Madrid, ofrece una experiencia teatral más tradicional pero igualmente encantadora.

Se trata de un pantomime, un género típicamente británico que mezcla cuentos de hadas, música, humor y elementos interactivos con el público.

El éxito de estas dos producciones demuestra la vitalidad del teatro británico, capaz de adaptarse a los nuevos tiempos mientras mantiene su esencia artística e histórica.

También pone en evidencia la necesidad de fomentar un clima de respeto y educación entre los asistentes para que la experiencia teatral sea enriquecedora para todos.