¿Inhumanidad o apatía?El escalofriante caso de la mujer quemada viva en el metro de Nueva York enciende un debate sobre la sociedad moderna.

El macabro video que muestra a una mujer consumida por las llamas dentro de un vagón del metro de Nueva York ha conmocionado al país y desatado una ola de indignación.

La escena, grabada por varios transeúntes, evidencia la pasividad de quienes presenciaron el horror, mientras el agresor permanecía impasible.

Es una imagen aterradora que nos confronta con la apatía creciente en nuestra sociedad, afirma un experto en psicología social, quien prefiere mantener el anonimato.

La deshumanización del otro, la sensación de indiferencia ante el sufrimiento ajeno y la adicción a grabar eventos trágicos en lugar de intervenir son síntomas preocupantes de una época marcada por la individualismo y la virtualidad.

El caso recuerda al incidente que tuvo lugar en 2023 cuando Daniel Penny, un exmarino, fue acusado de homicidio tras inmovilizar a Jordan Neale, un hombre con problemas mentales que se comportó de manera agresiva en un vagón del metro.

Aunque el jurado no llegó a un acuerdo y Penny fue finalmente liberado, el caso generó un debate similar sobre la responsabilidad social y la intervención ante situaciones peligrosas.

En este nuevo episodio, Sebastián Y.C., un ciudadano guatemalteco de 33 años, ha sido acusado de asesinato e incendio provocado.

Según las autoridades, incendió la ropa de la mujer con un mechero mientras ella viajaba en el fondo de un vagón de la línea F en Coney Island.

La policía asegura que Sebastián Y.C. entró ilegalmente a Estados Unidos por Arizona y fue deportado en 2018, aunque logró regresar al país sin saber en qué fecha.

En otro video que circula por redes sociales, aparentemente grabado por él mismo, Sebastián se muestra ebrio en un vagón de metro, afirmando que vivo lo que yo soy y criticando a la gente por tenerle problemas.

El caso ha desatado una ola de protestas y denuncias en las redes sociales, donde los usuarios tildan a la sociedad neoyorquina de inhumana por su pasividad ante el sufrimiento ajeno y la fascinación por grabar eventos trágicos en lugar de intervenir.