El cambio climático está transformando la geografía epidemiológica española, impulsando la propagación de enfermedades transmitidas por vectores como mosquitos, garrapatas y pulgas, que antes eran desconocidas o poco frecuentes.
Esta situación genera una creciente preocupación entre expertos, quienes advierten sobre el riesgo de introducción de nuevas enfermedades endémicas a España, junto con un aumento significativo en las infecciones ya existentes.
España se encuentra entre los países más afectados por la crisis climática, lo que convierte al territorio nacional en un caldo de cultivo para la proliferación de vectores y la expansión de enfermedades asociadas, explica Javier Membrillo, vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
Debemos estar preparados para la llegada de nuevas amenazas sanitarias y tomar medidas preventivas proactivas.
Uno de los últimos ejemplos de esta tendencia es el caso del virus Oropouche, que ha sido detectado por primera vez en España tras ser importado por viajeros provenientes de Cuba.
Este país latinoamericano se encuentra en medio de un brote sin precedentes con más de 7.700 casos confirmados y dos fallecimientos.
Aunque los primeros 12 casos en España son importados, el riesgo de transmisión local es una preocupación real para los expertos.
Es fundamental vigilar la aparición de nuevos virus y prevenir su propagación, afirma Fernando de la Calle, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital La Paz Carlos III de Madrid.
No debemos caer en el alarmismo, pero sí mantener una actitud prudente y proactiva ante estas amenazas emergentes.
El caso del Zika, que inicialmente se consideraba un virus benigno, ilustra las consecuencias potencialmente graves de la expansión de un agente infeccioso desconocido.
En 2016, la rápida propagación del Zika en América Latina provocó un aumento significativo de casos de malformaciones neurológicas en fetos.
De la Calle destaca la importancia de aumentar la conciencia ciudadana sobre los riesgos asociados a las enfermedades transmitidas por vectores y la necesidad de tomar medidas preventivas, especialmente al viajar a países con brotes activos.
Todos debemos considerar el uso de repelente, mosquiteras y ropa protectora como acciones rutinarias en zonas donde se puedan encontrar estos insectos, añade.
El Ministerio de Sanidad ha intensificado la vigilancia epidemiológica de los vectores en España, incluyendo garrapatas en su plan nacional.
Debemos estar más alerta que antes, advierte Héctor Tejero, responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad.
La interacción humana con el medio natural es cada vez más estrecha y las consecuencias para la salud pública pueden ser graves.
Las estadísticas confirman esta tendencia preocupante.En 2023 se han registrado un número récord de casos sospechosos y confirmados de dengue, Zika, chikungunya y fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España.
La presencia de enfermedades transmitidas por vectores autóctonas como el Nilo Occidental y la enfermedad de Lyme también aumenta la complejidad del panorama epidemiológico español.
La adaptación del mosquito tigre a las condiciones climáticas mediterráneas ha facilitado la propagación de estos agentes infecciosos, lo que supone un desafío para los sistemas de salud pública.