¿Heredamos nuestro gusto por el café?Influencia genética en el consumo de cafeína.
El hábito del café forma parte integral de la rutina diaria para millones de personas en España.
Según un informe de Café Té, más de 22 millones de ciudadanos mayores de 15 años disfrutan al menos una taza de café al día, lo que se traduce en un consumo anual de 14.000 millones de tazas, o casi 5 kilos por persona.
Más allá del gusto personal, la genética podría jugar un papel significativo en nuestra predisposición hacia el café.
Un estudio conjunto entre la Facultad de Medicina y Odontología de Schulich y la Universidad de San Diego, publicado en Neuropsicofarmacología, utilizó datos genéticos comparados con autoinformes de consumo para identificar posibles vínculos entre la genética y el gusto por la cafeína.
El estudio de asociación en todo el genoma (GWAS) permitió descubrir una influencia genética clara en el consumo de café, explica , investigador principal del estudio.
Las variantes genéticas heredadas de los padres parecen influir en la cantidad que se consume habitualmente.
Estas conclusiones abren nuevas vías para comprender las complejidades del consumo de café y su relación con la salud.
Por otro lado, un estudio más reciente de la Universidad de Oxford publicado en mayo de 2024 revela que entre tres y cuatro tazas diarias representan el punto óptimo para obtener beneficios sin efectos secundarios adversos.
Este rango de consumo no aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer o neurodegenerativas, afirma , autor del estudio de Oxford.
Se ha observado que consumir entre 0,5 a 3 tazas al día puede reducir hasta en un 21% el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
Se recalca la importancia de moderar el consumo para evitar efectos secundarios como ansiedad, insomnio o acidez estomacal.
El estudio de Oxford y los hallazgos sobre la influencia genética en la preferencia por el café demuestran la complejidad del vínculo entre nuestra predisposición biológica y los hábitos cotidianos.
A medida que se profundiza en este campo, la comprensión de cómo interactuan los factores genéticos y ambientales con la salud se enriquece, ofreciendo nuevas perspectivas para estrategias personalizadas de bienestar.