Jersón, una ciudad ucraniana estratégica ubicada a orillas del río Dniéper, se enfrenta a un recrudecimiento de la violencia por parte de las fuerzas rusas.

A medida que los bombardeos intensifican su letalidad, surgen informes alarmantes sobre una posible nueva ofensiva rusa en la región, con planes para atacar también la provincia vecina de Zaporiyia.

Las fuerzas rusas están intentando establecer un punto de apoyo en la margen occidental del río Dniéper, declaró Vladislav Voloshin, portavoz del grupo Sur de las Fuerzas Armadas Ucranianas, a Radio Svoboda.

Si bien aún no se ha materializado un asalto a gran escala, los ataques diarios por parte de grupos de infantería rusos, que oscilan entre cinco y siete asaltos diarios contra islotes del río, suelen ser rebuffed by Ukrainian forces.

Las autoridades ucranianas temen una ofensiva a gran escala que podría involucrar hasta 4.000 efectivos rusos.

Fuentes militares ucranianas revelaron a la cadena RBK Ucrania que Rusia también podría lanzar ataques cerca de Piatijatki, en la región vecina de Zaporiyia.

Este movimiento estratégico busca acercar las tropas rusas a la capital regional, ubicada a solo 40 kilómetros de distancia, y intensificar el bombardeo artillero.

Capturar más territorios en estas regiones reforzaría la posición rusa ante posibles negociaciones y fortalecería su demanda de obtener el control de estas provincias en toda su extensión, señala un experto.

Actualmente, estas regiones se encuentran bajo ocupación parcial, con sus capitales bajo control ucraniano.

Andrí Kovalenko, jefe del Centro para la Lucha contra la Desinformación gubernamental, afirma que los planes del enemigo son conocidos, las Fuerzas de Defensa están listas para todo y algunos rusos ya están alimentando con éxito a los cangrejos en el Dniéper.

Kovalenko enfatiza que el plan de Putin de subir la apuesta no funcionará.
La ciudad de Jersón ha experimentado un incremento significativo en los bombardeos desde su liberación hace más de dos años.

Oksana Pogomí, miembro de la asamblea local, relata a EFE: Nos hemos acostumbrado a los ataques rusos desde que la ciudad fue liberada hace más de dos años, pero nunca hemos experimentado unos ataques tan grandes como los del último viernes.

Los bombardeos masivos del pasado viernes utilizaron aproximadamente mil proyectiles de artillería, afectando a toda la ciudad.

Desde entonces, Rusia ha lanzado al menos trece bombas aéreas guiadas contra Jersón, dañando su hospital oncológico y atacando indiscriminadamente a transeúntes con drones.

Taras Chmut, veterano del Ejército y presidente de la ONG Vuelve a Casa Vivo, afirma que los rusos están intentando convertir a Jersón en una ciudad muerta destruyendo su infraestructura civil, su logística, transporte, ambulancias, lanzando bombas desde drones sobre la gente en la calle.

Aunque el analista militar Oleksandr Kovalenko sostiene que Rusia no dispone de suficientes fuerzas en la zona para tomar Jersón o Zaporiyia ahora mismo, advierte que podría acercar sus tropas a estas ciudades y obligar a Ucrania a destinar valiosas fuerzas para contenerlos.