El padre y la madrastra de Sara Sharif, una niña de 10 años que fue torturada hasta la muerte en el Reino Unido, fueron condenados a cadena perpetua por su asesinato.

La sentencia, pronunciada en el tribunal penal londinense de Old Bailey, marca un capítulo trágico en este caso que ha conmocionado al país.

Urfan Sharif, padre de Sara y acusado principal, deberá cumplir una condena mínima de 40 años antes de ser considerado para la libertad condicional.

Beinash Batool, su pareja y madrastra de la víctima, recibió una sentencia mínima de 33 años.
El tío de Sara, Faisal Malik, que llegó al Reino Unido en 2022 para estudiar, fue condenado a 16 años por permitir la muerte de la pequeña.

El tribunal encontró probado que Sara sufrió múltiples ataques desde que se mudó a vivir con Urfan y Beinash en 2019.

La sentencia llega después de que el padre confesara su culpabilidad desde Pakistán, adonde huyó junto con Batool, Malik y los cinco hijos restantes de la pareja.

El caso ha desatado un debate sobre las prácticas educativas en el hogar y la necesidad de una mayor regulación en este ámbito.

El juez señaló en su fallo que Sara fue víctima de años de negligencia, agresión y tortura.La niña sufrió más de 25 fracturas óseas por golpes con un bate de críquet y un poste de metal, declaró el magistrado, describiendo las marcas de estrangulamiento, quemaduras y mordiscos encontradas en su cuerpo.

Olga Sharif, la madre biológica de Sara, calificó a los condenados como sádicos y expresó su dolor por la pérdida irreparable de su hija.

Sara es ahora un ángel que nos ve desde el cielo y ya no puede sufrir más violencia, dijo con lágrimas en los ojos.

La tragedia ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades del sistema de protección infantil, así como la importancia de actuar con rapidez para prevenir futuros casos de abuso.

El gobierno británico ha anunciado medidas para endurecer la legislación en materia de educación en casa y aumentar el control sobre los niños que no asisten a escuelas tradicionales.