Tras más de una década de encarcelamiento sin cargos, Mohammed Abdul Malik Bajabu, un ciudadano keniano detenido en la prisión militar de Guantánamo, ha sido repatriado a su país.

Este traslado marca la primera repatriación desde el centro de detención desde hace más de un año, a pesar del compromiso del presidente Joe Biden de cerrar el complejo.

Bajabu fue capturado en 2007 y acusado de ser un facilitador del grupo terrorista Al Qaeda en África.

A pesar de las acusaciones, nunca ha sido juzgado ni formalizado ningún cargo contra él.En diciembre de 2021, se determinó que su detención ya no era justificada, lo que llevó al jefe del Pentágono, Lloyd Austin, a notificar al Congreso su intención de repatriarlo en noviembre de 2024.

La ONG Reprieve US, que representa a Bajabu, celebró la noticia como un paso hacia el cierre de Guantánamo.

Es una victoria para la justicia y para Mohammed, declaró Mark Maher, abogado de Reprieve US. Después de más de 17 años sin cargos, finalmente puede regresar a casa.

Amnistía Internacional, si bien reconoció el progreso, enfatizó que aún quedan muchas personas en Guantánamo detenidas sin cargos.

Esta es una medida positiva, pero no suficiente, declaró Daphne Eviatar, directora de Seguridad de DDHH de Amnistía Internacional en Estados Unidos.

Todas las personas detenidas sin cargos deben ser liberadas de inmediato.
La administración Biden ha enfatizado su compromiso con el cierre gradual de Guantánamo, afirmando que está trabajando de manera responsable y exhaustiva para reducir la población de detenidos.

Actualmente, hay 29 presos en la instalación, 15 de los cuales podrían ser repatriados.Sin embargo, el camino hacia el cierre total se encuentra obstruido por obstáculos como las disputas sobre acuerdos de culpabilidad con tres presuntos conspiradores del 11S.

El gobierno estadounidense agradece el apoyo internacional a sus esfuerzos para cerrar Guantánamo, un complejo que ha sido criticado durante años por su naturaleza arbitraria y la falta de transparencia en los procedimientos judiciales.

El cierre de Guantánamo representa una importante promesa de justicia para los detenidos y una oportunidad para que Estados Unidos abandone prácticas cuestionables en el ámbito de la lucha contra el terrorismo.