En medio de una fuerte tensión laboral, el Ejecutivo nacional presiona para la reactivación de las negociaciones paritarias, amenazando con activar este mecanismo legal que busca evitar quiebras empresariales a través de una negociación forzada entre empresa, sindicatos y el Estado.

La situación se complica aún más con la anunciada privatización de Intercargo, la filial de Aerolíneas Argentinas encargada del servicio de rampa en los aeropuertos.

El Gobierno busca desmantelar esta compañía para sepultar el terrorismo sindical, según las palabras del vocero presidencial, Manuel Adorni, quien acusa a los sindicatos de haber secuestrado a miles de pasajeros durante protestas pasadas.

El gremio APA (Asociación de Personal Aeronáutico) anunció la suspensión temporal de las medidas de fuerza a partir del jueves 7 de noviembre para reiniciar las negociaciones con un enfoque en la buena fe.

Si no se cumplen sus expectativas, amenazan con retomar las acciones programadas.

Mientras tanto, fuentes del Gobierno confirman que el PPC no es una medida contemplada por ahora, aunque no descarta su aplicación dependiendo de cómo evolucione la situación.

El contexto político también juega un papel crucial en este escenario.El proyecto de privatización de Aerolíneas Argentinas avanza en la Cámara de Diputados, con la presión del PRO para avanzar en la venta como condición para aprobar el Presupuesto 2025.

La posibilidad de una propiedad mixta bajo mayoría estatal, propuesta por el bloque de Miguel Ángel Pichetto, complica aún más la negociación.

Teníamos una regulación que impedía que las aerolíneas pudieran bajar los precios, afirma Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, justificando la desregulación del sector aéreo.

La medida busca fomentar la competencia y ofrecer tarifas más accesibles a los pasajeros, aunque genera incertidumbre sobre el futuro laboral de los empleados de Aerolíneas Argentinas.

El panorama actual presenta un escenario complejo lleno de tensiones y contradicciones. La aplicación del PPC, la privatización de Intercargo y las negociaciones paritarias por una recomposición salarial se entrelazan en un juego político que impactará directamente el futuro de uno de los pilares fundamentales del sector aéreo argentino.