El 7 de octubre de 2023, un ataque sorpresa perpetrado por el grupo armado Hamas contra Israel marcó un hito trágico en la historia reciente del conflicto.
Miles de milicianos cruzaron la frontera desde la Franja de Gaza utilizando una mezcla de ataques aéreos y terrestres durante la festividad judía de Simjat Torá, dejando a su paso una estela de destrucción y dolor.
Aproximadamente 1200 personas perdieron la vida en el ataque, incluyendo ciudadanos de diversas nacionalidades, y 250 fueron secuestrados.
El impacto del ataque fue devastador, afirma un experto en seguridad regional.La violencia indiscriminada causó una profunda conmoción y marcó el inicio de una escalada que ha tenido consecuencias profundas para la región entera.
Israel respondió con contundencia, lanzando una serie de operaciones militares contra objetivos en Gaza con el objetivo de debilitar la infraestructura militar de Hamas y lograr la liberación de los rehenes.
Los bombardeos aéreos y las incursiones terrestres causaron miles de víctimas entre la población civil palestina, generando una crisis humanitaria crítica en la Franja.
La postura argentina ante el conflicto ha experimentado una evolución significativa durante este año.
Inicialmente, el gobierno de Alberto Fernández condenó enérgicamente el ataque de Hamas y expresó su apoyo a Israel, pero también criticó las represalias israelíes contra civiles en Gaza, llamando al respeto del derecho internacional humanitario.
Con la llegada de Javier Milei a la presidencia, la postura argentina se ha alineado más estrechamente con la de Israel.
En julio de 2024, el país declaró a Hamas como una organización terrorista internacional.Milei ha mostrado un interés personal por las historias de los rehenes argentinos, visitando a sobrevivientes y prometiendo trabajar para la liberación de los aún cautivos.
El conflicto no se limita a Gaza; la tensión se ha expandido al Líbano e Irán.Enfrentamientos entre Israel y Hezbollah en el sur del Líbano, con la participación activa de Irán, han provocado una escalada de violencia que ha sumido a la región en un ciclo de muerte y destrucción.
La comunidad internacional busca desesperadamente una solución diplomática para evitar una mayor escalada de la violencia.
La crisis actual representa un grave desafío para la paz y la seguridad regional e internacional, con consecuencias profundas para millones de personas.