Un hallazgo arqueológico monumental en Turkana occidental, Kenia, está revolucionando nuestra comprensión del origen de las herramientas de piedra y desafiando los límites conocidos de la evolución humana.

Descubiertos en el yacimiento Lomekwi 3, datados aproximadamente en 3.3 millones de años de antigüedad, estos artefactos prehistóricos son hasta 700.000 años más antiguos que las herramientas Olduvaienses, consideradas previamente los instrumentos de piedra más antiguos conocidos.

Estos nuevos hallazgos, descritos por la arqueóloga Sonia Harmand de la Universidad Stony Brook en la reunión anual de la Sociedad de Paleoantropología, evidencian una tecnología sofisticada para su época.

Las herramientas estaban claramente pulidas, creadas intencionadamente y no el resultado de una fractura accidental de la roca, explicó Harmand.

El análisis detallado revela que los artefactos fueron manufacturados mediante un proceso similar al utilizado para las Olduvaienses: arrancando astillas pequeñas y delgadas de una piedra base.

Esta técnica, conocida como desprendimiento laminar, implica un control preciso sobre la fuerza aplicada y la dirección del golpe, indicando un nivel de inteligencia y planificación sorprendente en estas primeras etapas de la evolución humana.

La existencia de Lomekwi 3 desafía los modelos existentes sobre el desarrollo tecnológico de nuestros ancestros.

El hallazgo sugiere que la capacidad para fabricar herramientas de piedra se desarrolló mucho antes de lo que se pensaba, abriendo nuevas preguntas sobre la historia temprana del Homo y sus predecesores.

Estos descubrimientos nos obligan a reimaginar el origen de la tecnología, comenta un experto en paleoantropología quien prefiere mantener su anonimato.

Nos hacen cuestionar las características que definen lo que significa ser humano y cómo se desarrolló esa complejidad cognitiva.

La revista científica Nature ha publicado un artículo sobre este hallazgo, destacando el impacto del descubrimiento en la disciplina de la arqueología.

Se plantea la necesidad de reevaluar los hitos históricos del desarrollo tecnológico humano y la importancia de continuar explorando sitios prehistóricos en busca de nuevas respuestas sobre nuestra propia historia.