Comer bien es una aspiración común durante la adultez, pues se conoce que una dieta rica en nutrientes y personalizada a las necesidades individuales no solo contribuye a mantener un peso saludable, sino también a prevenir y combatir enfermedades.

En este contexto, un reciente estudio publicado en la revista PLOS One ha generado debate al sugerir una posible relación entre la dieta mediterránea y la reducción del riesgo de contraer COVID-19.

El estudio, liderado por el Centro de Medicina Basada en la Evidencia de la Universidad del Norte de Sumatra, analizó datos de 55.489 individuos, observando que aquellos que seguían una dieta mediterránea tendrían menor probabilidad de infectarse con el virus.

Según los expertos, este tipo de alimentación, caracterizada por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva, junto a un menor consumo de carne roja y alcohol, posee propiedades antiinflamatorias que podrían ser claves en la lucha contra la enfermedad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado el COVID-19 según la gravedad de los síntomas, destacando la inflamación y la saturación de oxígeno en sangre como factores cruciales para determinar el curso de la enfermedad.

Los investigadores del estudio plantean que la dieta mediterránea podría contribuir a disminuir la probabilidad de desarrollar complicaciones graves al reducir la respuesta inflamatoria del organismo frente al virus.

A pesar de los resultados prometedores, se requiere mayor investigación para confirmar una relación causal directa entre la dieta mediterránea y la reducción de casos de COVID-19.

De los seis artículos analizados, solo uno reportó una posible disminución en la probabilidad de desarrollar formas graves de la enfermedad, lo que no es suficiente para emitir recomendaciones nutricionales al público general.

No obstante, este estudio abre un nuevo camino para comprender el papel fundamental de la alimentación en la prevención y manejo de enfermedades infecciosas.

Los beneficios de la dieta mediterránea, ampliamente reconocidos por su impacto positivo en la salud cardiovascular, metabolismo y mental, refuerzan la importancia de una dieta equilibrada como factor clave en la protección del bienestar general.