El gobierno argentino ha dado un paso significativo hacia la privatización de Fabricaciones Militares (FM), la principal empresa estatal del sector defensa, transformándola en una Sociedad Anónima Unipersonal (SAU).
Este cambio, aprobado por el Decreto Nacional N 702/2023, posiciona al Estado como único accionista de FM, pero abre la puerta a la participación de inversores extranjeros.
La administración de Hugo Pascarelli, director general de FM, argumenta que esta transformación permitirá modernizar la estructura operativa de la empresa y aumentar su competitividad en el mercado internacional.
Necesitamos inversiones para que esto crezca y tenga generación de caja, manifestó Pascarelli al justificar la necesidad de atraer capital externo.
Los gremios sindicales expresan profunda preocupación ante esta decisión, denunciando una nueva entrega de la soberanía.
Federico Giuliani, secretario general de ATE Córdoba, advierte que el objetivo final es privatizarla y extranjerizarla, lo que implicaría que las ventas de FM se orienten al mercado internacional, priorizando los intereses de la OTAN sobre las necesidades del ejército argentino.
Hay un negocio para comprarlo al exterior, en Río Tercero se haría la carcaza de 155 mm y en Villa María se le pone pólvora y ahí va al puerto, detalló Giuliani, denunciando que la producción local se convertiría en una simple ensambladora a servicio de intereses extranjeros.
La llegada de inversores extranjeros, aún no identificados oficialmente, ha generado incertidumbre entre los trabajadores de FM. Si bien la administración asegura que el Ministerio de Defensa continuará supervisando los objetivos estratégicos de la empresa, las dudas sobre la transparencia y el control del Estado en este proceso persisten.
El anuncio de Pascarelli menciona auditorías técnicas realizadas por empresas extranjeras para evaluar la capacidad productiva de FM y proyectar un aumento exponencial en su producción.
Se ha especulado sobre la participación de empresas como CSG Defense, una compañía checa con fuertes vínculos con capitales estadounidenses.
Este escenario cobra mayor relevancia considerando el Memorándum de Entendimiento firmado recientemente entre Argentina y República Checa para cooperación militar, que incluye inversiones y ejercicios conjuntos.
La transformación de FM en una SAU abre un debate crucial sobre la dirección futura del sector defensa argentino: ¿hacia una mayor autonomía nacional o hacia una mayor integración con intereses extranjeros?
El impacto emocional de esta decisión es palpable entre los trabajadores de FM, quienes temen por su futuro laboral y la soberanía tecnológica del país.