Un conmovedor relato ha cautivado a la comunidad salteña: David, un chapista de 44 años, narra cómo ha enfrentado con determinación el trágico accidente que le arrebató su brazo izquierdo.

La historia se remonta al momento en que, mientras se dirigía a su taller, una camioneta Hilux, propiedad del propio David, sufrió un comportamiento inusual, acelerando inesperadamente y arrancándole el brazo al trabajador que lo transportaba fuera de la ventanilla.

Nunca perdí la conciencia, relata David con una notable fortaleza emocional.Recuerdo todo, incluso las conversaciones de los médicos en el hospital.

A pesar de la gravedad del suceso, David se muestra optimista: Estoy bien, por suerte el brazo amputado sanó correctamente.

Me duele un poco, pero eso no me impide hacer mi trabajo, expresa.
El accidente ha transformado la vida de David.

Ahora, se desempeña como pintor y soldador con su brazo derecho, mientras sus ayudantes le brindan apoyo en las tareas más exigentes.

No me deprimí, ni me quedé en los lamentos.Las cosas me van a demandar más esfuerzo, pero me voy a ir acostumbrando, afirma con una actitud resiliente.

La comunidad se ha dividido ante el relato de David.Algunos lo elogian por su fuerza y determinación, mientras que otros cuestionan la decisión de conducir siendo epiléptico.

El dueño del Fiat Idea y de la casa dañadas en el accidente, Rubén Tejerina, expresó comprensión por la situación pero también preocupación: Me alegra que esté bien y pueda volver a trabajar, pero creo que fue imprudente de su parte manejar.

Voy a aceptar que se haga cargo de los arreglos, pero le pido que no intente volver a conducir.Podría generar una tragedia.

El caso ha abierto un debate sobre la responsabilidad individual en situaciones como esta, así como sobre la importancia del apoyo social para las personas que enfrentan desafíos extraordinarios.