El próximo martes, Estados Unidos se prepara para un nuevo capítulo democrático con la elección presidencial entre Kamala Harris y Donald Trump.

Lo que podría ser una jornada histórica por la estrecha disputa entre los candidatos, también refleja las complejidades del sistema electoral estadounidense, donde el acceso a la participación ciudadana no es universal.

Existen diversos requisitos que deben cumplir los ciudadanos para ejercer su derecho al voto en Estados Unidos.

En general, se exigen: ser ciudadano estadounidense, cumplir con las normas de residencia de cada estado, tener 18 años y estar inscrito en el censo electoral antes de la fecha límite del territorio correspondiente.

No todos los residentes cumplen con estos requisitos, lo que genera un debate sobre la inclusividad del sistema electoral.

Las personas sin ciudadanía estadounidense, incluso aquellas con residencia legal, se ven excluidas del proceso democrático.

Es fundamental garantizar que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de participar en el proceso electoral, afirma Martha Jones, profesora de historia americana en Johns Hopkins University.

La exclusión de grupos específicos puede erosionar la legitimidad y la representatividad del sistema.

Existen restricciones basadas en el historial criminal y la capacidad mental, que varían según cada estado.

Las personas con condenas por delitos graves no pueden votar en algunos estados, mientras que otras legislaciones prohíben el voto a quienes padecen discapacidades mentales, lo que genera controversias sobre la justicia social y los derechos civiles.

Finalmente, una categoría importante de ciudadanos excluidos son los residentes de territorios asociados como Puerto Rico.

La falta de representación política plena en Washington D.C., junto con las limitaciones para votar en elecciones presidenciales, ha generado tensiones y reclamos por la igualdad de derechos políticos.

Este panorama complejo plantea interrogantes sobre el futuro del sistema electoral estadounidense y la necesidad de un debate profundo sobre la accesibilidad y la justicia democrática para todos los ciudadanos.