El inicio del nuevo ciclo se presenta marcado por un incremento en los precios de servicios públicos esenciales, impactando directamente el bolsillo de los ciudadanos.

Las tarifas de electricidad y gas, así como el precio de las naftas experimentarán subidas que oscilarán entre 2,5% y 3,8%, según estimaciones oficiales.

Este ajuste tarifario, que entrará en vigencia a partir de la publicación del Boletín Oficial, se suma a una serie de incrementos consecutivos experimentados durante el último año.

El nivel de subsidios vigente sobre las tarifas es considerado excesivo por el Gobierno, explica un analista económico, quien agrega que la intención es reducir gradualmente esta subvención para que los usuarios asuman un mayor porcentaje del costo real de los servicios.

Esta estrategia, aunque busca garantizar la sostenibilidad financiera de las empresas proveedoras, genera preocupación entre la población, quienes ya enfrentan una situación económica compleja.

Las tarifas de agua también se verán afectadas por este ajuste generalizado.Se espera que el aumento oscile en torno al 4%, siguiendo la tendencia observada en otros sectores.

El impacto será especialmente significativo para los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde la empresa AySA aplicará el incremento a las boletas de agua y cloaca.

Para los hogares ubicados en el nivel zonal alto, medio y bajo, el precio por el servicio aumentará considerablemente.

Los expertos señalan que este tipo de ajustes tarifarios pueden tener un impacto significativo en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), lo que puede contribuir a la persistencia de la inflación.

El Gobierno busca un equilibrio entre la necesidad de ajustar las tarifas y la contención del crecimiento del IPC, manteniendo una política económica estable.