El mundo mira con atención la posible comunicación inminente entre Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, y Vladimir Putin, líder de Rusia.

La información, revelada por la cadena NBC, señala que Trump está preparando una llamada telefónica al mandatario ruso para discutir un alto el fuego en Ucrania, una crisis que ha mantenido tensas las relaciones internacionales durante meses.

Esta conversación surge después de que Trump, durante su campaña electoral, prometiera poner fin al conflicto ucraniano en apenas 24 horas, una declaración que ha generado expectativas y cuestionamientos sobre su estrategia hacia Rusia.

Si bien el presidente electo estadounidense ya ha conversado con aproximadamente 70 líderes mundiales, incluyendo a Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, la llamada con Putin aún no se ha concretado.

En un contexto de creciente incertidumbre geopolítica, Putin ha expresado su deseo de restablecer las relaciones con Estados Unidos y contribuir a la resolución de la crisis ucraniana.

Su deseo de restablecer las relaciones con Rusia y contribuir a poner fin a la crisis ucraniana, merece, como mínimo, atención, manifestó el líder ruso en referencia a Trump.

Putin ha felicitado a Trump por su victoria electoral y se ha mostrado dispuesto a abrir negociaciones sobre desarme nuclear y estabilidad estratégica.

En un acto de diplomacia, el mandatario ruso había expresado admiración por la forma en que Trump manejó la situación durante un intento de asesinato durante una campaña en Pensilvania, calificándolo como un hombre valiente.

La posibilidad de una conversación directa entre estos dos líderes globales es vista con cautela por algunos analistas.

Es prematuro determinar el impacto de esta llamada, comenta un experto en relaciones internacionales.

Cualquier iniciativa que busque la reducción de tensiones y el diálogo entre las grandes potencias merece ser valorada.