A partir del atardecer de este día, comunidades judías alrededor del mundo darán inicio a Rosh Hashaná, la festividad que marca el Año Nuevo judío.

Esta celebración, que se extiende durante dos días, no solo representa un cambio en el calendario, sino también una profunda introspección y renovación espiritual.

En contraste con el calendario gregoriano que sigue la mayoría del mundo, los judíos se rigen por el calendario hebreo lunar, lo que significa que Rosh Hashaná ocurre a un ritmo diferente cada año.

En 2024, la festividad tendrá lugar en octubre, marcando el inicio del año 5785 y la culminación del año 5784.

Rosh Hashaná es una época de profunda reflexión sobre nuestras acciones del año pasado y de compromiso con el cambio personal para el futuro, explica Rabbi Sarah Adler, un reconocida autoridad religiosa judía.

La tradición dicta que durante los dos días de Rosh Hashaná se preparen manjares especiales para simbolizar la abundancia y buena fortuna en el nuevo año.

El sonido del shofar, una trompeta hecha de cuerno de carnero, resuena en las sinagogas, invitando a la introspección, el arrepentimiento y la esperanza.

La celebración culmina con el consumo de pan y fruta bañados en miel, acompañados por una bendición especial que simboliza la dulzura del nuevo año.

Como señala National Geographic, durante Rosh Hashaná se espera que la gente descanse del trabajo y participe en ceremonias especiales en sus sinagogas, fortaleciendo la conexión con su comunidad y tradición religiosa.

El impacto emocional de Rosh Hashaná es profundo para los judíos.Es una oportunidad para renovar el compromiso con sus valores, fortalecer sus lazos familiares y espirituales y celebrar la esperanza de un nuevo comienzo lleno de paz y prosperidad.