En el primer aniversario del ataque de Hamas contra Israel, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump realizaron actos simbólicos para expresar su apoyo al país hebreo y recordar a las víctimas.

Harris plantó un granado en la residencia oficial, evocando la esperanza y virtud según el judaísmo, mientras que Trump visitó la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson en Nueva York, depositando una piedra sobre la lápida como símbolo de respeto.

Ambos actos, aunque con distintos matices, reflejan la intensa dimensión política que rodea a este aniversario, coincidiendo con el acercamiento de las elecciones presidenciales estadounidenses.

La vicepresidenta, al igual que el presidente Biden, reiteró su apoyo incondicional a Israel, destacando la necesidad de que cuente con los recursos para defenderse.

No obstante, Harris también expresó su preocupación por el sufrimiento en la Franja de Gaza, donde la ofensiva israelí ha causado más de 41.900 víctimas mortales.

No nos rendiremos en los intentos de conseguir un acuerdo entre Israel y Hamas para un alto al fuego en Gaza y la liberación de los rehenes israelíes, afirmó Harris a la prensa.

Por su parte, Trump, quien se posiciona como un férreo defensor de Israel, afirmó que si hubiera estado en la Casa Blanca, los ataques de Hamas nunca hubieran ocurrido.

A pesar de no emitir declaraciones durante la visita al cementerio judío, su entorno reiteró este mensaje a través de comunicados oficiales.

En el mismo día, Biden y la primera dama Jill Biden participaron en una ceremonia con un rabino para encender una vela yahrzeit, utilizada para honrar a los fallecidos, y guardar un momento de silencio en memoria de las víctimas del ataque.

En su comunicado oficial, Biden afirmó que no nos rendiremos hasta traer los rehenes a casa.El presidente también mantuvo una llamada telefónica con el presidente de Israel, Isaac Herzog, para ofrecerle sus condolencias.

Este aniversario marca un punto de inflexión en la escalada de violencia entre Israel y Hamas, dejando un legado de dolor, pérdida y un complejo escenario político que se extenderá en los próximos meses.