Nuevo estudio revela el impacto de las caídas en el riesgo de alzhéimer en adultos mayores.
El Alzheimer es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, y su incidencia se prevé que aumente considerablemente en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población.

Si bien existen diversos factores que contribuyen a este complejo trastorno neurodegenerativo, un nuevo estudio publicado en la revista especializada JAMA Network Open ha descubierto una relación significativa entre las lesiones traumáticas por caídas y el riesgo de desarrollar Alzheimer u otras formas de demencia en adultos mayores.

El análisis, basado en datos de más de dos millones de personas mayores que habían sufrido lesiones traumáticas, reveló que aquellos que sufrieron caídas tenían hasta un 21% mayor probabilidad de recibir un diagnóstico de demencia dentro del año posterior a la lesión, comparado con aquellos que habían experimentado traumatismos por otras causas.

Este hallazgo es particularmente preocupante porque las caídas son una causa común de lesiones en adultos mayores, y su prevalencia aumenta con la edad, explica el Dr. Alexander J. Ordoobadi, uno de los autores del estudio.

Es crucial tomar medidas para prevenir caídas en esta población vulnerable.

La investigación sugiere que las lesiones craneoencefálicas podrían contribuir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer debido al daño directo que provocan en las células cerebrales y neuronas.

Los investigadores reconocen que la relación entre traumatismos craneales y demencia es compleja y bidireccional.

Es posible que la pérdida de habilidades motoras asociada con el avance del Alzheimer pueda aumentar el riesgo de caídas, señala el Dr. Ordoobadi.

Se necesitan estudios adicionales para comprender mejor la dinámica causal entre estos factores.
A pesar de la complejidad del tema, este estudio destaca la importancia de identificar los factores de riesgo asociados con el Alzheimer para poder desarrollar estrategias de prevención y detección temprana más efectivas.

Los hallazgos de este estudio pueden servir como una herramienta para señalar a las personas que podrían tener un mayor riesgo de desarrollar demencia, concluye el Dr. Ordoobadi.

Esto nos permite implementar medidas preventivas, como intervenciones para reducir el riesgo de caídas y programas de cribado temprano para diagnosticar la enfermedad en etapas iniciales, cuando aún se puede tomar acción para mejorar los resultados.