El icónico vestido blanco de seda que lució Jacqueline Lee Bouvier en su boda con John F. Kennedy en 1953, una obra maestra de pliegues y bordados a mano, fue un símbolo de elegancia y sofisticación.

El nombre del diseñador detrás de este clásico no se mencionó públicamente durante la cobertura mediática masiva del evento ni siquiera cuando la entonces primera dama Jacqueline Kennedy fue entrevistada por Ladies Home Journal en 1961.

La diseñadora era Ann Lowe, una talentosa modista afroamericana que quedó relegada a las sombras del éxito.

Lo que soy en todos los sentidos…Cualquier referencia en sentido contrario me duele más profundamente de lo que quizás pueda hacerte comprender, escribió Lowe en una carta a la primera dama expresando su deseo de ser reconocida como una diseñadora destacada y no simplemente como una modista.

La exclusión de Ann Lowe del reconocimiento público refleja un triste patrón que se repite con frecuencia en la historia de la moda, donde los talentos afroamericanos han sido sistemáticamente ignorados a favor de las figuras blancas.

Era una diseñadora famosa.Punto, afirma Elaine Nichols, conservadora del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana.

La lista de clientes de Lowe incluía a familias ilustres como Roosevelt, Rockefeller y DuPont, haciendo vestidos para Janet Auchincloss, la madre de Jackie, y los vestidos de debutante tanto para Jackie como para su hermana Lee.

Incluso Christian Dior tomó el té con ella en París.A pesar de este éxito rotundo, Lowe fue relegada al ámbito privado por las actitudes raciales imperantes en la sociedad estadounidense de la época.

El secreto mejor guardado de la sociedad, tituló el Saturday Evening Post en una ocasión.Sin embargo, para Nichols, no era un secreto para las familias más adineradas del país.

Es degradante que su talento solo fuera reconocido por unos pocos, señala.

La historia de Ann Lowe nos recuerda que el éxito no siempre se traduce en reconocimiento público y que la lucha contra la discriminación racial sigue siendo una necesidad urgente.

A pesar de las adversidades, Lowe logró dejar una huella imborrable en el mundo de la moda, demostrando su talento y perseverancia a través de sus creaciones.

Su legado inspira a las generaciones actuales a luchar por un mundo donde el talento y la creatividad sean reconocidos sin importar el color de la piel.