El conflicto entre Israel y grupos armados libaneses ha escalado en intensidad con la confirmación por parte del Ejército israelí de la destrucción del mayor centro de mando de Hezbolá, ubicado en el sur del país.

Según las Fuerzas de Defensa Israeli (FDI), este complejo estratégico se utilizaba para supervisar varias ciudades israelíes fronterizas y albergaba un arsenal significativo de armas, explosivos e información de inteligencia.

La operación militar, realizada por tropas de la División 98, involucró el asalto a un cuartel general y un puesto de observación pertenecientes a la milicia chií.

Del centro de mando principal, las FDI también anunciaron la destrucción de un túnel utilizado por la fuerza militar Radwan de Hezbolá, que contenía un centro de comando, depósitos de armas, alojamiento y equipos adicionales.

Estos ataques se enmarcan dentro de una ofensiva israelí contra el Líbano que comenzó el pasado octubre.

Las fuerzas israelíes han intensificado sus operaciones aéreas en los últimos días, realizando bombardeos contra objetivos en los suburbios de Beirut, la capital libanesa.

Aunque Israel no ha confirmado estos ataques, fuentes locales han reportado columnas de humo en la zona y se desconoce si hay víctimas.

En este contexto de escalada militar, el Ejército israelí también ha informado del fallecimiento de Naser Abed al Aziz Rahid, un comandante de Hezbolá responsable de actividades terroristas contra civiles israelíes desde Bint Jbeil, en el sur del Líbano.

La situación se ve agravada por la llegada a territorio israelí de cerca de 180 proyectiles disparados desde el Líbano.

Aunque la mayoría fueron interceptados, uno de ellos impactó en la ciudad de Acre, provocando la muerte de un hombre de 50 años y dejando una decena de heridos en Haifa y Galilea Occidental.

Hezbolá ha reivindicado algunos de estos lanzamientos como apoyo al pueblo palestino en la Franja de Gaza.

El conflicto también se ha extendido a otros frentes.Un avión no tripulado libanés atacó la residencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Cesarea.

A pesar del ataque, el premier y su esposa no se encontraban en la vivienda en ese momento, evitando así víctimas.

Netanyahu ha atribuido este incidente a una represalia por la muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar, al que calificó como un asesino de masas.

El gobierno iraní también ha reaccionado a la muerte de Sinwar, advirtiendo que el llamado Eje de Resistencia continuará luchando contra Israel a pesar de esta pérdida.

El líder supremo iraní, Ali Jameneí, ha declarado que Hamás está vivo y seguirá vivo.Irán ha amenazado con responder con fuerza ante cualquier ataque israelí y ha afirmado estar preparado para todos los escenarios posibles.