En una ceremonia tan peculiar como los trabajos que celebra, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) acogió recientemente la entrega de los premios Ig Nobel.
Estos galardones, dedicados a destacar investigaciones científicas inusuales y a menudo humorísticas, se consideran un homenaje irónico a los prestigiosos Premios Nobel.
Organizados por la revista satírica Annals of Improbable Research, los Ig Nobel en su 34ª edición dieron comienzo con una tradición peculiar: todos los asistentes lanzaron aviones de papel al escenario, un gesto que marcaba el regreso del evento presencial tras dos años de celebraciones virtuales debido a la pandemia.
El lema de este año, Si algo puede salir mal, saldrá mal, reflejaba la esencia misma de estos premios y resonó con los ganadores de esta edición.
Entre las investigaciones más destacables se encuentra el estudio sobre la influencia hemisférica en la formación de remolinos capilares.
Un grupo de investigadores franceses y chilenos analizó la dirección del crecimiento del cabello en relación al hemisferio cerebral del individuo, descubriendo que existe una correlación entre la genética y los factores ambientales en este proceso.
Otro premio fue otorgado a la investigación Sobre vacas y la eyección de su leche.Los científicos Fordyce Ely y William E. Petersen utilizaron un método inusual para estudiar el mecanismo de expulsión de leche en las vacas: hacer explotar una bolsa de papel cerca de un gato colocado sobre el lomo del animal.
El estudio, publicado en Journal of Dairy Science, demostró que la eyección de leche está controlada por un equilibrio complejo entre la adrenalina y la oxitocina, y no directamente por el acto de ordeñar.
En palabras de uno de los jueces, Estos estudios nos recuerdan que la ciencia puede ser divertida e inesperada.
A veces, las respuestas más insólitas a las preguntas más curiosas pueden resultar en descubrimientos fascinantes.