El químico Javier Pérez Castells, de la Universidad San Pablo CEU, vuelve a abrir un debate candente en su último vídeo, explorando las posibilidades y los desafíos éticos de la clonación animal.

A propósito del 25 aniversario de la clonación de la oveja Dolly en 1996, Castells reflexiona sobre la aplicación de esta técnica en mascotas fallecidas.

Si bien el avance científico ha permitido replicar genéticamente a animales, como se demostró con Dolly, la primera oveja clonada, las implicaciones éticas y sociales del proceso son complejas y multifacéticas.

La clonación animal plantea interrogantes profundos sobre la identidad de los individuos, la naturaleza de la vida y el papel que desempeña la tecnología en nuestra relación con los animales, afirma Pérez Castells.

Es crucial analizar detenidamente tanto las ventajas como las desventajas de esta técnica antes de considerar su aplicación a nuestras mascotas.

Uno de los principales argumentos a favor de la clonación animal es la posibilidad de recuperar un animal querido que ha fallecido, ofreciendo consuelo y compañía a sus dueños.

Existen voces que critican la práctica por considerarla una forma de explotación animal y un intento de manipular la naturaleza sin comprender plenamente las consecuencias.

La salud de los animales clonados ha sido objeto de debate.Dolly, por ejemplo, padeció problemas de salud relacionados con su edad avanzada a pesar de ser genéticamente joven.

Es fundamental garantizar el bienestar del animal clonado y no convertirlo en un producto, advierte Tomás Chivato, Decano de la Universidad San Pablo CEU, quien destaca la importancia de la ética en el desarrollo científico.

La clonación animal sigue siendo un tema controvertido que requiere un debate público informado y responsable.

La sociedad debe confrontar las implicaciones éticas, sociales y biológicas de esta tecnología para tomar decisiones conscientes sobre su uso futuro.