La educación continua para jóvenes y adultos en Salta experimenta un crecimiento significativo, con más de 20 mil estudiantes matriculados en primaria y secundaria.

Adolfo Montenegro, director general de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, destaca este auge como una oportunidad para fortalecer la inclusión educativa.

También reconoce los desafíos que presenta la fluctuante matrícula debido a las necesidades laborales de esta población.

Montenegro señala: Si bien la matrícula es muy fluctuante porque tenemos muchos estudiantes que por cuestiones laborales van y vienen, lo que hacemos es refuncionalizar algunos cursos y vamos moviendo las aulas para dar respuesta, inclusive en algunos contextos laborales.

Como ejemplo, menciona el reciente traslado de un curso de BSPA del barrio La Loma al municipio de San Lorenzo, ofreciendo así acceso a la educación secundaria a una zona con alta demanda.

La estrategia implementada por Montenegro y su equipo se centra en la adaptación y la accesibilidad.

Se han reubicado aulas y anexos para facilitar el acceso a la educación, adaptándose a las necesidades específicas de cada comunidad.

Se ha integrado la formación laboral con la educación secundaria, brindando a los estudiantes una doble certificación.

Pensamos que la oferta educativa tiene que ser lo más atractiva para el adulto, explica Montenegro.

No solamente con que se reciba y termine sus estudios primarios o secundarios, sino también pensar en una doble certificación con algunos cursos de formación laboral.

Este enfoque busca no solo asegurar el egreso escolar, sino también preparar a los estudiantes para su inserción efectiva en el mercado laboral.

Montenegro recalca: Entonces, el estudiante sale con un título secundario, pero a su vez también sale con una formación profesional.

Así, le damos herramientas para que se inserten de manera efectiva y de calidad en el mercado laboral.

La modalidad semipresencial juega un papel clave en la inclusión educativa de jóvenes y adultos con responsabilidades laborales o familiares.

En primaria, los estudiantes asisten dos o tres veces a la semana, mientras que en secundaria el enfoque es similar, adaptando las estrategias pedagógicas para atender las necesidades específicas de cada estudiante.

El éxito de este modelo se mide por la tasa de retención, que oscila entre el 60% y el 70%, mientras que la tasa de deserción se ubica entre el 30% y el 40%.

A pesar de estas cifras, Montenegro destaca que la mayoría de los estudiantes que abandonan la educación eventualmente regresan a retomar sus estudios, evidenciando la importancia del sistema educativo en brindar oportunidades continuas.