La red social X, anteriormente conocida como Twitter, se encuentra bajo fuego tras acusaciones de utilizar datos personales de más de 60 millones de usuarios europeos para entrenar su tecnología de inteligencia artificial (IA) sin su consentimiento.
La ONG Noyb, especializada en defensa de la privacidad, ha presentado quejas ante las autoridades de protección de datos de nueve países europeos, instando a una acción urgente contra lo que consideran una violación grave de la legislación europea.
A diferencia del caso de Meta, que recientemente tuvo que suspender el entrenamiento de IA en la Unión Europea tras enfrentar presiones regulatorias, X no habría informado previamente a sus usuarios sobre este uso de sus datos, según denunció Noyb.
No existe ninguna opción para eliminar los datos ya procesados, señala un informe publicado por DW, citando las afirmaciones de la organización.
La ONG ha solicitado un procedimiento de urgencia ante las autoridades competentes, demandando una suspensión inmediata de esta práctica.
Confiamos en que se tome acción rápida y contundente contra X, declaró un portavoz de Noyb.
Si bien se sabe que la Comisión de Protección de Datos de Irlanda (DPC) ha emprendido acciones legales contra X, Noyb considera que estos esfuerzos no abordan la raíz del problema.
La demanda actual se centra en aspectos superficiales, afirma la organización, argumentando que el núcleo del asunto reside en la falta de consentimiento explícito por parte de los usuarios para el uso de sus datos en el entrenamiento de IA.
Para Noyb, la solución era sencilla: X podría haber solicitado el consentimiento de los usuarios antes de utilizar sus datos para fines de aprendizaje automático.
Si tan solo un pequeño porcentaje de los 60 millones de usuarios afectados hubiera otorgado su autorización, Twitter habría tenido suficiente información para entrenar cualquier nuevo modelo de IA, señaló un portavoz de Noyb.
La falta de transparencia y la violación de los derechos de privacidad de los usuarios han generado una ola de críticas hacia X. El caso ha puesto en evidencia la necesidad de mayor regulación del uso de datos personales por parte de las empresas tecnológicas, especialmente en el contexto del desarrollo acelerado de la IA.