El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó la reducción de la alícuota del Impuesto PAIS a las importaciones de bienes y fletes, bajándola del 17,5% al 7,5%.
La medida, anunciada con gran expectativa en el sector privado, busca impulsar la actividad económica y aliviar la presión sobre los costos de producción.
Esta decisión, que se implementará a partir del próximo lunes, generará un impacto significativo en la recaudación fiscal.
Según estimaciones de expertos como Nadin Argañaraz, titular de IARAF, el Gobierno nacional podría perder entre 730 mil millones y un billón de pesos hasta fin de año.
Esta cifra representa una reducción notable en los ingresos fiscales que se deben a este tributo, que en el primer semestre del año contribuyó con el 6,3% de la recaudación total.
El ministro Caputo argumentó que la disminución del PAIS forma parte de una estrategia para alcanzar el equilibrio fiscal y fomentar el crecimiento económico.
Era necesario ganar en negociación y mostrar que podíamos ir a un equilibrio fiscal solos, afirmó el funcionario durante una entrevista con la agencia NA. Asimismo, el ministro aseguró que no se contemplará prorrogar el impuesto, cuyo vencimiento está previsto para el 31 de diciembre de 2024.
El anuncio generó diversos análisis y reacciones en el ámbito económico.Si bien algunos sectores celebran la medida como un paso positivo para dinamizar el mercado, otros plantean preocupaciones sobre las potenciales consecuencias para la recaudación fiscal.
La reducción del PAIS tendrá un impacto directo en la inflación, señaló un economista consultado por este medio, quien pidió mantener su anonimato.
Otro punto crucial a considerar es el impacto que esta decisión tendrá en los sectores beneficiados por la medida, como las empresas importadoras y los consumidores finales.
La disminución del impuesto podría traducirse en una reducción de precios, lo que contribuiría a aliviar la presión sobre el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Por otro lado, la eliminación definitiva del PAIS a fin de año genera incertidumbre sobre cómo el Gobierno compensará la pérdida de ingresos fiscales.
Se espera que las próximas semanas sean cruciales para comprender el alcance real de esta decisión y sus consecuencias en el corto y largo plazo.