En Salta, la violencia psicológica familiar y de modalidad doméstica se erige como el tipo de violencia de género más denunciado, según datos oficiales correspondientes al año en curso.

Le sigue la violencia física, revelando una preocupante realidad que afecta a numerosas familias salteñas.

El registro indica un total de 17.660 causas ingresadas a las Oficinas de Violencia Familiar y de Género (OVFG) durante el período analizado.

De estos casos, la mayoría se concentra en la violencia psicológica con una cifra cercana a 3.829 denuncias, seguida por la violencia física con 1.752 registros.

Estas cifras alarmantes cobran mayor relevancia tras la denuncia pública por violencia de género interpuesta por Fabiola Yañez, exprimera dama del país, contra el expresidente Alberto Fernández.

Este episodio ha desatado un debate nacional sobre las complejidades del fenómeno y sus diversas manifestaciones.

Las medidas más solicitadas por las víctimas son la prohibición de acercamiento y la abstención de ejercer actos de violencia, evidenciando la necesidad urgente de protección y contención para quienes sufren esta problemática.

Los datos reflejan que la mayoría de las denuncias provienen de mujeres entre 22 y 39 años, un sector particularmente vulnerable a este tipo de agresiones.

La asimetría es el origen de la violencia, afirma Graciela Abutt, abogada y docente en la Universidad Nacional de Tucumán.

Desde la perspectiva feminista jurídico-legal, Abutt enfatiza que la violencia se nutre de estructuras de desigualdad presentes en distintos ámbitos sociales.

Se trata de un problema complejo que requiere abordar desde una perspectiva integral, con políticas de prevención que educan sobre el respeto y la igualdad desde la infancia, añade la especialista.

La abogada también señala que la denuncia contra Fernández no debe empañar el trabajo realizado para avanzar en la protección de las mujeres.

Es necesario seguir impulsando las políticas de género y prevenir estas situaciones de violencia, más aún tras este caso que evidencia la hipocresía de quien se autodenominaba defensor del feminismo, concluye Abutt.

El caso del expresidente Fernández pone sobre la mesa la necesidad de un debate profundo sobre la violencia de género en el ámbito familiar y la urgente necesidad de políticas públicas efectivas que promuevan la igualdad, el respeto y la erradicación de esta problemática social.