La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, canceló su viaje a Mendoza para participar en las conmemoraciones del 174 aniversario del fallecimiento del General José de San Martín debido a una baja presión arterial.
Aunque el resto de la comitiva oficial, que incluye al presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, y el secretario Parlamentario, Agustín Giustinian, sí viajó a la provincia, la ausencia de Villarruel alimenta la tensión interna del oficialismo.
Este episodio se suma a una serie de controversias que han rodeado a la vicepresidenta en las últimas semanas, comenzando con los comentarios sobre el colonialismo francés que generaron problemas diplomáticos.
Su exclusión de la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas el día anterior, sin recibir invitación por parte de la Secretaría General de la Presidencia, también alimentó las especulaciones sobre su posición dentro del gobierno.
Nunca le llegó la invitación por parte de la secretaría general de Presidencia, informaron fuentes cercanas a Villarruel, quienes lamentaron su ausencia al evento, considerando que conoce a los presentes y hubiera deseado participar.
El contexto político actual, marcado por una interna compleja y por las tensiones internacionales, se ve amplificado con este nuevo capítulo en la historia de la vicepresidenta.
La salud de Villarruel, aunque un tema personal, adquiere una dimensión política al convertirse en parte de un escenario de fragilidades dentro del oficialismo.
La ausencia de Villarruel en Mendoza deja abierta la incógnita sobre su rol en el futuro del gobierno y sus relaciones con los demás actores políticos.
El próximo tiempo será crucial para observar cómo se desarrolla esta situación y qué impacto tendrá en la dinámica política nacional.