El reciente temblor económico global ha intensificado la certeza de una inminente baja de las tasas de interés en Estados Unidos, con proyecciones de varias reducciones antes de finalizar el año.

Este panorama es particularmente relevante para los mercados emergentes como el argentino, que han visto eclipsados sus rendimientos por los atractivos intereses ofrecidos por los bonos estadounidenses en años recientes.

La Reserva Federal, bajo la dirección del presidente Jerome Powell, inició un ciclo de aumentos de tasas en 2021 para combatir la inflación desencadenada por la emisión monetaria masiva durante la pandemia.

Las tasas alcanzaron su punto máximo en el 5,25% anual, nivel que se ha mantenido durante más de un año y que, considerando la actual inflación interanual estadounidense por debajo del 3%, representa una tasa real muy atractiva.

Ahora, con indicadores como el aumento del desempleo y la desaceleración de la creación de empleo, la Reserva Federal parece dispuesta a revertir su postura alcista.

Es probable que la Fed comience a bajar las tasas en septiembre, y este ritmo podría acelerarse si la economía estadounidense se tambalea hacia una recesión, explica un analista de Capital Markets Argentina, quien prefiere mantener su anonimato.

Si no hay una crisis económica profunda en EE. UU., la baja de tasas sería un escenario positivo para los bonos argentinos.

En este contexto, el mercado argentino ha mostrado una notable volatilidad.Tras un fuerte rally que siguió a la victoria electoral de Javier Milei, el riesgo país cayó hasta los 1.200 puntos básicos, reflejando un optimismo renovado del mercado.

Las cotizaciones han retrocedido posteriormente y actualmente se ubican por encima de los 1.600 puntos, evidenciando la incertidumbre que rodea al futuro económico argentino.

A pesar del escenario incierto, Capital Markets Argentina ve con optimismo la deuda argentina en dólares a mediano plazo, siempre y cuando el gobierno mantenga su agenda de reformas y avance en la desregulación económica.

Se recomienda el Bopreal BPY26 para inversores conservadores, el Bonar 2030 para aquellos con perfil moderado y el Global 2035 para los más arriesgados.

Una pregunta fundamental sigue presente: ¿cuál es la capacidad del gobierno argentino para afrontar los compromisos futuros de su deuda?

El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró la semana pasada que el gobierno tiene fondos suficientes para cubrir los vencimientos del 2025, incluyendo los primeros meses de 2026.

No se proporcionaron detalles concretos sobre las estrategias para financiar estos pagos, ni se mencionó la posibilidad de un nuevo repo, mediante el cual el gobierno podría ofrecer bonos como garantía para recibir fondos de entidades internacionales.

La clave para recuperar el acceso a los mercados internacionales reside en reducir el riesgo país a niveles inferiores a los 800 puntos básicos, una tarea que parece lejana por ahora.

La apertura del cepo cambiario, un evento previsto para finales de año, podría ser un paso crucial hacia la reactivación económica y la recuperación de confianza del mercado internacional.