En el corazón de Salta, el Centro de Adopciones Matías Nicolás Mancilla se esfuerza incansablemente para encontrar hogares amorosos para los perros que esperan pacientemente un nuevo comienzo.

Una triste realidad golpea al centro: los perros adultos y, sobre todo, los gerontes, son relegados a la sombra, mientras las familias anhelan cachorros con energías desbordantes.

Es difícil de creer, expresa Pablo Díaz, director del Centro de Adopciones, pero parece que la preferencia por los cachorros es tan fuerte que los perros mayores se vuelven invisibles para muchos.

Cada último viernes del mes, el centro realiza jornadas de adopción en Alto Noa y colabora con otras asociaciones protectoras, pero los resultados son desalentadores.

Los visitantes llegan con entusiasmo para elegir un nuevo compañero, pero sus miradas se posan inevitablemente en los cachorros juguetones, dejando a los perros mayores con la esperanza desvaneciéndose.

La situación es particularmente desgarradora para Xuxa, Hipólito, Obama, Pucho y Marcos, entre otros canes que aguardan pacientemente una oportunidad.

Estos perros sabios y cariñosos, que podrían ofrecer incondicional amor y compañía, son ignorados en un mercado donde la juventud se impone sobre la experiencia y la ternura.

El Centro de Adopciones alberga actualmente a 43 perros: la mitad adultos, una tercera parte cachorros y una decena de perros gerontes.

Los viejos son los más tiernos, afirma Díaz, pero lamentablemente nadie los quiere.Todos se llevan a los cachorros.

El veterinario del centro agrega que es evidente el dolor que sienten los perros mayores al ser constantemente pasados por alto.

Para incentivar la adopción de estos canes senior y combatir esta discriminación, el Centro ofrece un paquete especial: atención veterinaria gratuita de por vida en el centro y el Hospital Municipal de Salud Animal.

Estos beneficios adicionales buscan compensar las preocupaciones que algunas familias puedan tener respecto a los gastos veterinarios, explica Díaz.

Los perros mayores también merecen una segunda oportunidad.
El Centro no solo busca hogares para perros abandonados, sino también voluntarios dispuestos a brindar compañía y amor a estos animales.

Personas que, aunque no puedan adoptar, encuentran satisfacción en pasear, jugar y compartir tiempo con ellos.

Son personas que buscan conexión con los animales, dice Díaz con emoción.Ven al centro sabiendo que un simple paseo puede ser una gran alegría para un perro.

La labor del Centro de Adopciones Matías Nicolás Mancilla es fundamental para mejorar la vida de estos animales desprotegidos.

Su mensaje resuena con fuerza: Todos los animales, independientemente de su edad, merecen amor y una familia.