La fertilidad masculina es un tema que, a menudo, pasa desapercibido en comparaciones con la fertilidad femenina.

Una nueva investigación arroja luz sobre el impacto significativo que la edad paterna tiene en las posibilidades de embarazo y en la salud del hijo.

Basándose en datos de más de 46 millones de nacimientos en Estados Unidos entre 2011 y 2022, los investigadores encontraron que cada década adicional en la edad del padre se relaciona con un aumento en las complicaciones durante el embarazo.

Comparando a padres de 30 años con padres de 50 años, se observó un incremento del 16% en el riesgo de parto prematuro, del 14% en el riesgo de bajo peso al nacer y del 13% en el riesgo de diabetes gestacional en parejas donde el padre superaba los 50 años.

Este grupo de padres presentaba el doble de probabilidades de utilizar tecnologías de reproducción asistida como la fecundación in vitro (FIV) para concebir.

La tendencia se extiende a Europa, donde Alemania registra una edad media de 34.6 años al nacer el primer hijo, mientras que en Holanda y Francia supera los 32 y 33 años respectivamente.

Esta investigación resalta no solo las implicaciones del envejecimiento masculino en la fertilidad, sino también en la salud del futuro hijo.

Estudios sugieren que los hijos de padres mayores tienen un mayor riesgo de desarrollar autismo, esquizofrenia, trastornos bipolares y leucemia.

Como explica Karin Hammarberg, Senior Research Fellow de la Monash University: Aunque el aumento del riesgo ligado a una mayor edad paterna es real, la magnitud del efecto es moderada.

Es importante recordar que el aumento de un riesgo muy pequeño sigue siendo un riesgo pequeño, y que la mayoría de los hijos de padres mayores nacen sanos y se desarrollan bien.

A pesar de esto, es fundamental concientizar sobre la influencia del envejecimiento en la fertilidad masculina.

Hammarberg destaca la necesidad de mejorar la concienciación sobre el impacto de la edad masculina y femenina en los resultados reproductivos a través de una educación pública que comience desde la escuela.

El desconocimiento de los hombres acerca del funcionamiento de su propia biología reproductiva puede llevar a subestimar las dificultades para concebir, con o sin ayuda médica.

Es vital promover un conocimiento más amplio sobre la fertilidad masculina y femenina para que las parejas puedan tomar decisiones informadas sobre la planificación familiar y asegurar el bienestar de sus futuros hijos.