Las inversiones en inteligencia artificial (IA) han experimentado un auge sin precedentes en los últimos años, impulsadas por las altas expectativas que rodean a esta tecnología.
No solo se espera una revolución tecnológica, sino también profundas transformaciones en el ámbito económico y laboral.
Un nuevo informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) destaca el potencial de la IA para aumentar la productividad a nivel macroeconómico en los países que la incorporen estratégicamente en sus procesos.
La OCDE argumenta que, en un contexto de estancamiento productivo, la IA podría revitalizar el crecimiento económico, especialmente en Europa, donde países como España, Italia y Alemania han enfrentado desafíos persistentes en este ámbito.
Las previsiones para Estados Unidos son más optimistas, con estimaciones que apuntan a un incremento del 0,4 al 0,9 puntos porcentuales de la productividad laboral anual durante la próxima década gracias a la IA. En contraste, la Unión Europea enfrenta una tendencia a la baja en su productividad, según datos del Banco Central Europeo, lo que genera incertidumbre sobre el impacto de la IA en el continente.
El informe destaca que las empresas estadounidenses lideran el desarrollo e implementación de la IA en la automatización de sus procesos, con previsiones que apuntan a una tasa de adopción del 40% en la próxima década.
En Europa, sin embargo, la reticencia tanto de empresas como de empleados a adoptar la IA podría llevar a tasas de adopción significativamente más bajas, frenando así el potencial crecimiento económico.
El informe también identifica obstáculos significativos para la adopción masiva de la IA. Actualmente, solo entre el 5% y el 15% de las empresas en la OCDE utilizan herramientas de IA en sus procesos, una cifra que contrasta con el optimismo de los analistas de la OCDE, quienes esperan tasas de adopción del 23% en el escenario más conservador y del 40% o más en las mejores previsiones.
Impacto desigual:
La OCDE compara el desarrollo de la IA generativa basada en modelos de lenguaje, como ChatGPT, con revoluciones tecnológicas previas como la máquina de vapor, la electricidad o internet.
Se espera que sectores como el desarrollo de software experimenten un incremento en su productividad superior al 50%, mientras que los servicios al cliente y la consultoría de negocios podrían mejorar entre un 14% y un 40%.
La OCDE advierte que esta mejora en la productividad no se traducirá de forma equitativa en todos los sectores.
Las actividades manufactureras, la construcción y la agricultura son menos susceptibles a la automatización y tienen menos margen para integrar la IA en sus procesos productivos.
Este análisis coincide con las previsiones del informe Empleos del Mañana: Grandes Modelos de Lenguaje y Trabajos, elaborado por el World Economic Forum, sobre el impacto de la IA en los empleos.
La necesidad de una IA con brazos:
Para que los beneficios de la IA lleguen a todos los sectores económicos y productivos, la OCDE propone desarrollar la robótica de forma paralela a los modelos de IA. La combinación de ambos campos permitiría implementar la IA en cadenas de montaje e industrias manufactureras, haciendo que los incrementos productivos sean más sostenidos e inclusivos.
De esta manera, se evitaría que sectores como las tecnologías de la información, los servicios financieros, la consultoría o las ventas monopolicen todo el crecimiento económico derivado de la IA.