La ciudad de Bakú, capital de Azerbaiyán, acoge la cumbre del clima COP29 con un manto de incertidumbre y preocupación.

La reunión se produce en un contexto alarmista marcado por el reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que advierte que 2024 será el año más cálido registrado hasta ahora.

A pesar de esta urgente llamada a la acción, la ausencia de Estados Unidos y China, los principales emisores de gases de efecto invernadero, genera dudas sobre la capacidad de la cumbre para lograr acuerdos concretos y efectivos en la lucha contra el cambio climático.

La ausencia de líderes mundiales clave como Estados Unidos y China, quienes tienen una responsabilidad crucial en la mitigación del cambio climático, mina las posibilidades de un éxito significativo en la COP29, afirma Carmelo Encinas, experto en política ambiental.

Sin compromiso firme de los principales actores, la cumbre podría reducirse a un mero foro de denuncia, donde las voces de preocupación se enfrentarán al silencio de los que tienen el poder de actuar.

El presidente español, Pedro Sánchez, ha expresado su profundo dolor por la devastación causada por la DANA en el Levante español, un evento extremo atribuido directamente al cambio climático.

No podemos seguir ignorando la realidad, declaró Sánchez, quien ha calificado el negacionismo climático como suicida.

La situación actual representa un desafío sin precedentes para la comunidad internacional.Las consecuencias del cambio climático ya son evidentes en forma de eventos climáticos extremos, aumento del nivel del mar y pérdida de biodiversidad.

Necesitamos una acción urgente y coordinada a nivel global, enfatiza Encinas.La COP29 debe ser un punto de inflexión, donde se establezcan compromisos sólidos y se impulsen políticas transformadoras que permitan mitigar el cambio climático y construir un futuro sostenible.