La rápida expansión de la Inteligencia Artificial (IA) plantea un desafío energético considerable.
La demanda de energía para alimentar sus complejos algoritmos es masiva y crece exponencialmente, generando una preocupante huella ambiental.
Si bien el World Economic Forum estima que una respuesta a una consulta como ChatGPT consume diez veces más electricidad que una búsqueda en Google, las grandes tecnológicas buscan soluciones sostenibles para este voraz apetito energético.
Una de estas alternativas se centra en la energía nuclear.Gigantes como Google, Amazon y Microsoft están apostando por los pequeños reactores modulares (SMR) de cuarta generación, tecnología que promete ofrecer energía limpia, abundante y accesible a un coste razonable.
Google planea construir siete pequeños reactores, mientras que Amazon adquirió un centro de datos con reactor nuclear y considera la instalación de uno propio.
Microsoft, por su parte, estudia reanudar operaciones en la central de Three Mile Island cerca de Harrisburg, utilizando un microrreactor.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) destaca el potencial de los SMR para lograr una transición energética limpia.
Aunque China y Rusia ya están explorando esta tecnología, Estados Unidos se suma ahora a este camino energético, abriendo un debate sobre su viabilidad y seguridad a largo plazo.
Beneficios y desafíos de la energía nuclear para la IA:
El atractivo principal de los SMR reside en su capacidad para generar energía limpia y sin interrupciones las 24 horas del día, siete días a la semana.
José Emeteiro Gutiérrez, presidente del Consejo de Administración de Moltex, empresa canadiense que desarrolla SMR, afirma que esta característica los convierte en una opción ideal para alimentar los centros de datos de IA.
La opción nuclear es muy robusta, muy fiable y genera energía 24 horas al día y siete días a la semana, explica Gutiérrez.
Pueden ayudar de manera muy importante a estos desarrollos tecnológicos de IA.
Gutiérrez argumenta que, aunque las energías renovables podrían cubrir una gran parte de la demanda energética, su dependencia del clima limita su capacidad para asegurar un suministro continuo.
José Francisco Pozo, coordinador de campaña de Greenpeace, critica el elevado coste por MWh de los SMR debido a los gastos asociados a la ingeniería, producción, explotación, gestión de residuos y desmantelamiento.
Pozo argumenta que los costes reales de las energías renovables son más predecibles gracias a las estimaciones meteorológicas.
La gestión de residuos nucleares sigue siendo un tema controvertido.Si bien los SMR generan menos residuos debido a su mayor eficiencia, su tratamiento a largo plazo plantea desafíos importantes.
Gutiérrez defiende el desarrollo de tecnologías para reciclar el combustible nuclear como una solución viable para minimizar el impacto ambiental.
Pozo, por otro lado, insiste en la necesidad de que las empresas asuman la responsabilidad financiera para garantizar un fondo adecuado para gestionar los residuos durante siglos.
Seguridad y riesgos:
La seguridad de la energía nuclear es una preocupación constante, recordando los accidentes de Fukushima y Nagasaki.
Los promotores de los SMR argumentan que esta tecnología es más segura debido a su diseño pasivo, que permite detener el reactor automáticamente en caso de emergencia.
Pozo, sin embargo, argumenta que los SMR siguen siendo tan peligrosos como las centrales nucleares tradicionales, tanto por el riesgo en contextos bélicos como por la gestión diaria.
La decisión final sobre el futuro de los SMR dependerá del equilibrio entre sus beneficios y riesgos, así como de su impacto ambiental y económico a largo plazo.
El debate sobre la energía nuclear para la IA es complejo y multifacético, con argumentos válidos tanto a favor como en contra.
La elección final estará condicionada por la capacidad de mitigar los riesgos y asegurar un futuro energético sostenible para la revolución tecnológica que representa la IA.