El Partido Justicialista (PJ) mendocino se encuentra en un punto crucial, buscando reconstruirse tras una serie de desafíos políticos y económicos.
La reciente elección interna del partido evidenció la fragmentación que enfrenta el peronismo local, con distintos sectores buscando afianzar sus posiciones dentro de la organización.
El ex intendente de San Rafael, Emir Félix, fue elegido presidente del PJ, un cargo que le permitirá liderar la búsqueda de una unidad interna y una estrategia política clara para las próximas elecciones provinciales y municipales en 2026.
La composición de la mesa ejecutiva aún genera incertidumbre, reflejando las tensiones entre los diversos grupos dentro del partido.
La situación económica se presenta como un factor clave: el peronismo mendocino enfrenta una realidad financiera complicada, con una necesidad de USD 2 millones para la campaña electoral y gastos de funcionamiento que incluyen al personal del partido.
Esta realidad limita su capacidad de acción política y genera preocupación entre los dirigentes. No hay plata, confiesa un dirigente, destacando la falta de financiamiento proveniente de fuentes tradicionales como el gobierno nacional o provincial.
Diversos actores se perfilan dentro del peronismo local: Anabel Fernández Sagasti, referente kirchnerista en Mendoza, busca influenciar desde su posición como apoderada de Cristina Fernández de Kirchner en la interna nacional.
Los intendentes, con sus intereses territoriales, representan otro sector clave, mientras que la CGT se mantiene como un actor relevante aunque con menor peso que en años anteriores.
El futuro del peronismo mendocino dependerá, en gran medida, de su capacidad para superar las divisiones internas y definir una identidad política clara.
La influencia del kirchnerismo, la búsqueda de alianzas estratégicas, la relación con el gobierno provincial liderado por Alfredo Cornejo y el desafío electoral serán factores determinantes en la reconstrucción del partido.