La sequía histórica que azota al Chaco americano, y particularmente al salteño, ha puesto en jaque a los productores ganaderos de Santa Victoria Este, quienes denuncian una situación crítica.
Más de 1.200 familias criollas, ubicadas desde Hito 1 hasta el límite con Formosa, se ven obligadas a enfrentar la pérdida de sus animales por la falta de agua y alimento.
Ricalde Abraham, miembro de la Organización de Familias Criollas (OFS), expresa la gravedad del panorama: En estos días llovió solo 25 milímetros, lo cual apenas verde los montes un poco y se embarran los estanques.
El promedio histórico es de 500 mm por año, pero estos años vienen cayendo entre 200 y 300 mm, lo que es muy poco.
Abraham agrega: Para el ganado menor es más fácil, pero para las vacas y los caballos se vuelve imposible, y entonces comienzan a morir, como ya está sucediendo ahora.
La situación se agrava por la falta de políticas públicas claras dirigidas a estas familias.Dante Albornoz, productor criollo, manifiesta su preocupación: Somos familias tranquilas que nos dedicamos a trabajar.
El tema es que no hay agua y necesitamos pozos.En los territorios donde nos reubicamos no hay pozos ni agua.
Es por eso que le pedimos al Ministerio de la Producción que venga a visitarnos y a comprobar nuestra realidad.
Se nos mueren los animales y la situación es desesperante.
Los productores reclaman el apoyo del Estado para superar esta crisis, solicitando la construcción de pozos, pero también ayudas en la mejora genética del ganado, cuidado sanitario y comercialización.
Necesitamos que vengan y nos sentemos en una mesa a ver cómo nos pueden ayudar, insiste Abraham.No pedimos cortando las rutas.
Pedimos una ayuda, un estímulo, como créditos.Nosotros devolveremos el dinero.
El Gobierno provincial afirma estar trabajando en diversas acciones para mitigar los efectos de la sequía: regularización nominal de la tierra, financiamiento de remates para la venta de hacienda, ordenamiento territorial y programas de mejoramiento genético.
La desesperación de los productores ganaderos ante esta situación inédita se mantiene latente, esperando respuestas efectivas del Estado para sobrevivir a este duro golpe que amenaza su modo de vida.