La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se ha convertido en una amenaza silenciosa para millones de personas alrededor del mundo, incluyendo un significativo número de españoles.

Esta afección pulmonar degenerativa afecta el flujo de aire y provoca dificultades respiratorias, limitando la calidad de vida de los afectados.

Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la EPOC es causada principalmente por el tabaquismo y la contaminación del aire, pero también se relaciona con factores genéticos, exposición a sustancias tóxicas en el ambiente laboral y problemas respiratorios durante la infancia.

La OMS estima que la EPOC provoca la muerte de 3 millones de personas cada año globalmente, convirtiéndola en una preocupación sanitaria de gran magnitud.

En España, un dato preocupante revela que tres millones de personas viven con esta enfermedad sin ser conscientes de ello.

La Asociación de Pacientes de EPOC alerta sobre este desconocimiento masivo y subraya la gravedad del problema, ya que la EPOC es la cuarta causa de muerte en el país.

Las primeras señales de EPOC suelen pasar desapercibidas.Entre los síntomas tempranos se encuentran la tos persistente, la dificultad para respirar durante actividades físicas, sibilancias, fatiga, opresión en el pecho, infecciones respiratorias recurrentes y falta de energía.

En etapas avanzadas puede manifestarse también pérdida de peso involuntaria e hinchazón en las extremidades inferiores.

La EPOC es una enfermedad progresiva que se caracteriza por la destrucción gradual de los alvéolos pulmonares y la inflamación de las vías respiratorias, explica un experto del equipo médico de Mayo Clinic.

Los síntomas suelen empeorar con el tiempo, especialmente si la exposición al tabaco continúa.

Las complicaciones asociadas a la EPOC son numerosas y pueden afectar gravemente la salud general.

Entre ellas se encuentran infecciones pulmonares recurrentes (como gripe o neumonía), cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares, debilidad muscular, osteoporosis, depresión y ansiedad.

Afortunadamente, aunque no existe una cura para la EPOC, existen tratamientos que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.

El tratamiento principal incluye el uso de inhaladores broncodilatadores para abrir las vías respiratorias, corticoides y antibióticos para controlar las exacerbaciones, oxígeno suplementario para aquellos con gravedad alta o prolongada, rehabilitación pulmonar para fortalecer los músculos respiratorios y mejorar la capacidad física, y en casos graves, cirugía para aliviar los síntomas.

El diagnóstico temprano es crucial para un manejo efectivo de la EPOC. La espirometría es la prueba principal utilizada para diagnosticar la enfermedad.

Es fundamental que las personas que experimenten síntomas relacionados con la EPOC consulten a un especialista lo antes posible, afirma un portavoz de la Asociación Española de Pacientes y Cuidadores de EPOC. Un diagnóstico temprano permite controlar la progresión de la enfermedad, ralentizar su avance y mejorar la calidad de vida del paciente.

Vivir con EPOC puede ser un reto constante, pero con un tratamiento adecuado, cambios en el estilo de vida saludables y apoyo médico continuo, los pacientes pueden aprender a manejar sus síntomas y llevar una vida plena.