La sensación de malestar general, ese incómodo estado de debilidad o incomodidad que no se define con precisión, es un síntoma frecuente en las consultas médicas.
A menudo descrito como un cúmulo de síntomas inespecíficos, el malestar general puede ser una señal temprana de diversas enfermedades y condiciones.
Según explica el doctor Robert Shmerling, especialista de la Universidad de Harvard, este síntoma puede indicar que nuestro cuerpo está luchando contra un proceso patológico, incluso antes de manifestar otros signos más específicos.
No debemos subestimar su importancia, advierte Shmerling, quien recalca que el malestar general es una señal de alerta que merece atención médica.
Diversas causas pueden originar este estado de bienestar, desde infecciones virales o bacterianas como resfriados o gripe hasta enfermedades crónicas como diabetes o anemia.
Los trastornos mentales, como la depresión y la ansiedad, también pueden contribuir a la sensación de malestar general.
Las deficiencias nutricionales, el uso de determinadas medicaciones, los problemas de sueño y factores del estilo de vida como una dieta inadecuada, la falta de ejercicio físico o el estrés crónico también pueden ser responsables.
Para abordar el malestar general, Shmerling sugiere una estrategia que combine la identificación y tratamiento de la causa subyacente con la gestión de los síntomas.
El diagnóstico preciso requiere una evaluación médica exhaustiva que incluya un interrogatorio detallado sobre la historia clínica del paciente, sus hábitos de vida, otros síntomas presentes y posibles medicamentos que esté tomando.
De las pruebas médicas necesarias, se pueden implementar medidas para aliviar los síntomas.
Entre ellas destacan: mejorar la alimentación, mantener la hidratación, promover la actividad física regular, priorizar el descanso adecuado, evitar el consumo de alcohol y tabaco y aprender técnicas de manejo del estrés.