La Argentina se posiciona como un nuevo actor importante en el mercado energético mundial impulsada por el crecimiento sin precedentes de la producción de petróleo y gas provenientes de la cuenca neuquina Vaca Muerta.

Las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) apuntan a que la producción petrolera alcanzará los 41,5 millones de metros cúbicos en 2024, un crecimiento del 9,7% respecto al año anterior.

Este escenario representa el cuarto año consecutivo de expansión para la industria energética argentina, con un incremento del 43% desde 2020.

La cuenca neuquina, motorizada por Vaca Muerta, ha experimentado un crecimiento exponencial en su participación en la producción petrolera nacional, llegando al 68% durante el presente año, según datos de la BCR elaborados por Guido DAngelo y Emilce Terré.

La mayor disponibilidad de crudo permitirá escalar progresivamente los saldos exportables, señala Ciara Nugent de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), destacando la importancia de contar con regulaciones que favorezcan las exportaciones y una infraestructura adecuada para evacuar la producción creciente.

Las proyecciones apuntan a que Argentina alcanzará un superávit energético de US$25.000 millones anuales a partir de 2030, transformando al país en un exportador neto de energía.

Si se consideran las exportaciones de gas y otros productos derivados de los hidrocarburos, las ventas al exterior podrían superar los US$29.000 millones anuales.

Este auge energético no solo genera divisas para el país, sino que también dinamiza la economía local.

Para consolidar este crecimiento y aprovechar plenamente su potencial exportador, es crucial contar con un marco legal favorable que incentive las inversiones en proyectos estratégicos como las plantas de licuefacción de gas natural, y contratos a largo plazo que garantizan el suministro a los compradores internacionales.

Los contratos de suministro a largo plazo y la disponibilidad de producto para atender a los compradores que confían en la provisión argentina son clave para la prosperidad exportadora, destacan desde la CEPH.

La historia reciente del sector energético argentino muestra un panorama positivo, con una clara tendencia al crecimiento.

La pregunta ahora es si el país podrá aprovechar este momento para consolidar su posición como un actor relevante en el mercado global de energía.