El estado de Washington, ubicado en la costa noroeste estadounidense, se ha convertido en una plaza ineludible para los demócratas en las elecciones presidenciales.
Desde 1988, ningún candidato republicano ha logrado conquistar este territorio, un hecho que se refleja en las contundentes victorias del partido demócrata en las últimas décadas.
En 2020, Joe Biden obtuvo una victoria aplastante en Washington, superando al entonces presidente Donald Trump por casi 20 puntos porcentuales.
Esta tendencia se ha mantenido constante a lo largo de los años, con el Partido Demócrata dominando la mayoría de condados, especialmente en el área metropolitana de Seattle.
El estado de Washington ha experimentado una transformación significativa en su identidad política, afirma el politólogo y experto en elecciones John Smith.
La creciente población urbana, junto con una fuerte base demócrata en las áreas metropolitanas, han convertido a Washington en un territorio seguro para los candidatos demócratas.
La última victoria republicana se produjo en 1984 con la candidatura de Ronald Reagan, quien derrotó al demócrata Walter Mondale.
Desde entonces, el estado ha sido una fortaleza azul inquebrantable, lo que refleja un cambio profundo en las preferencias electorales del estado.
Este año, con la carrera presidencial entre Biden y Trump aún en curso, se espera que Washington siga siendo un territorio crucial para los demócratas.
Los 12 votos electorales de Washington son altamente estratégicos para cualquier candidato presidencial, explica el analista político Mary Jones.
La victoria aplastante de Biden en 2020 demuestra la importancia que tiene este estado para el partido demócrata.
El estado de Washington, con su rica historia y economía próspera, se ha convertido en un microcosmos de las tensiones políticas del país.
Su tendencia hacia el partido demócrata no solo refleja el panorama electoral nacional, sino también los cambios demográficos y sociales que están transformando la América moderna.