Rostros Olvidados: La agonía del misterio en la estela de la DANA

La furia de la DANA que azotó con violencia la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía dejó una huella imborrable, no solo en el paisaje devastado, sino también en el corazón de familias enteras.

Entre los daños materiales y las vidas truncas se han tejido historias de incertidumbre y dolor: la de los desaparecidos.

Más allá de las cifras oficiales que rondan las 50 personas con expedientes activos, hay un número incalculable de rostros que aún aguardan ser encontrados.

Cada nombre es un grito silencioso, una pregunta sin respuesta que atormenta a los seres queridos.José Hernaiz, un camionero de 64 años, fue el primer desaparecido oficial, víctima del implacable embate del agua en plena jornada laboral.

Su historia se repite en innumerables hogares, donde la agonía del misterio se mezcla con la desesperación por conocer el destino de sus amados.

Había un árbol en el que mi hijo se quedó enganchado.Estuvo a punto de soltarse para que la corriente se le llevara también, pero dice que pensó en su mujer y por eso siguió agarrado, contó conmovedora una abuela al relatar el angustiante relato de sus nietos Izan y Rubén, niños de tres y cinco años respectivamente, arrastrados por las aguas junto a su padre.

Florin Costel y Axinia Sandu, una pareja de 57 años, desaparecieron también en la Albufera cuando la furia del agua se desató con violencia contra su vivienda.

Sus hijas relataron el último contacto: Les dijimos que no podían aguantar más y que la riada se los llevaba.

Para afrontar esta tragedia sin precedentes, SOS Desaparecidos ha lanzado una llamada a la solidaridad, recabando datos de personas desaparecidas sin previa denuncia.

La organización alerta sobre la necesidad de ampliar las líneas de información disponibles ante el colapso del número habilitado por la Generalitat Valenciana.

En la búsqueda de los desaparecidos se han implementado estrategias como oficinas ante mortem para recabar información y muestras de ADN que permitan identificar los cuerpos recuperados.

Un equipo mixto formado por agentes policiales, guardias civiles y médicos forenses trabajan incansablemente en esta ardua tarea.

Las familias esperan con angustia cada noticia, aferrándose a la mínima esperanza de encontrar a sus seres queridos.

La tragedia ha dejado una cicatriz profunda en la región, recordándonos la fragilidad de la vida ante la inmensidad del poder natural.