Una nueva investigación de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos (OACNUDH) revela una preocupante escalada en el uso del fósforo blanco por parte de las fuerzas israelíes durante el actual conflicto en Gaza.

El informe, publicado recientemente, documenta al menos 24 casos de empleo de este arma química incendiaria, capaz de provocar quemaduras devastadoras y dolorosas de larga duración, entre noviembre de 2023 y abril de 2024.

El documento, que se basa en testimonios recogidos en terreno y análisis forenses, señala la utilización del fósforo blanco en diversas zonas de Gaza, incluyendo la capital, el centro de la franja y Jan Yunis, afectando incluso a campos de refugiados.

Uno de los casos más impactantes documentado es el ocurrido el 25 de diciembre de 2023, donde un bebé resultó quemado por fósforo blanco dentro de una escuela en el campo de Al Bureij, según informa la OACNUDH.

Estas acciones constituyen una seria violación del derecho internacional humanitario, afirma Volker Türk, Alto Comisionado de los Derechos Humanos, quien destaca la necesidad de una investigación exhaustiva e independiente sobre estos incidentes.

El uso deliberado de armas incendiarias contra civiles y bienes esenciales como escuelas representa un crimen de guerra y puede constituir un crimen contra la humanidad.

La utilización del fósforo blanco ha sido objeto de condena por parte de organizaciones internacionales debido a sus efectos devastadores en los seres humanos y el medio ambiente.

La OACNUDH advierte que su uso indiscriminado causa heridas profundas, cicatrices permanentes y trastornos a largo plazo, además de contaminar el suelo y el agua.

El fósforo blanco no solo causa dolor físico insoportable, sino que también deja una huella traumática imborrable en las víctimas, explica un médico de Gaza que trabaja con pacientes quemados por este arma química.

Los casos más graves resultan en la amputación de miembros y, en muchos casos, la muerte.

El informe de la OACNUDH se suma a las voces que exigen justicia y una respuesta contundente ante los crímenes cometidos durante el conflicto en Gaza.

La comunidad internacional se enfrenta ahora al reto de asegurar que se cumplan con los principios de la ley internacional y se brinde protección a los civiles afectados por la guerra.